Día 9: Latir
Ayer tuve un día vago. Bueno, realmente me dolía la cabeza y eso de que no escribes nada que te guste, así que para evitar poner una porquería omití ese día... quería hacer el día de ayer y hoy juntos, pero el de ayer era escribir algo sobre ciencia ficción y el de hoy de acción, pero creo que me bastaré con el de ciencia ficción... no suelo escribir mucha cosa de esto, pero bueno... veamos que estropicio humano me sale.
Latir
La medicina está muy avanzada, todo el mundo sabe que pronto los médicos serán sustituidos por máquinas que abrirán y cerrarán sin utilizar material. Incluso ya han inventado un robot que asiste a los partos. Las matronas y ginecologos están indignados. Es normal. El mundo de la medicina se está renovando, echando a un lado a todos los licenciados en ésta preciosa labor. Para mi, ser médico es lo mejor que me ha ocurrido. Muchos años de estudio, alejado de la naturaleza humana y aprendiendo en como abrir una persona en canal para extraerle el corazón y ponerle otro. Los transplantes son mi pasión, pero cuando no hay un órgano para un paciente se vuelve mi perdición. Por eso, me he atrevido a aceptar la nueva tecnología. No estoy convencido de lo que dicen esos forofos, pero necesito ese corazón, tengo que salvar a Sophi. Ella debe bailar en su graduación, debe andar con orgullo por el altar y debe tener tantos hijos como su útero le permita. Tengo que salvarle la vida.
El corazón es de tejido falso, siento como lo aplasto entre mis manos y éste se resiste a la presión. El color es rojo suave, las válvulas parecen fuertes y las venas anchas capaces de transportar litros de sangre. Estoy algo asustado, pero es lo mejor para Sophi, Es o tener un órgano falso o morir con seis años. Grito unas cuantas órdenes y me coloco delante del cuerpo de la pequeña, dejo el corazón en la paleta con hielo y tomo aire antes de pedir el bisturí.
Los separadores logran abrirme camino por sus costillas, hasta encontrar su diminuto corazón, de un color rojo oscuro, latiendo más lento de lo aconsejable para una niña de seis años. Comienza la verdad. Extraigo el órgano inerte, limpio las vías y colocó el nuevo, enchufo las venas y dejo que la sangre comienza a fluir. Dos segundos y el corazón no late. Siento las gotas de sudor frío, tengo miedo. Cierro los ojos y al fin la máquina comienza a latir.
Sophi vivirá. Quizás la máquina no salvé a todos los humanos, pero a esa niña de seis años seguro.
Latir
La medicina está muy avanzada, todo el mundo sabe que pronto los médicos serán sustituidos por máquinas que abrirán y cerrarán sin utilizar material. Incluso ya han inventado un robot que asiste a los partos. Las matronas y ginecologos están indignados. Es normal. El mundo de la medicina se está renovando, echando a un lado a todos los licenciados en ésta preciosa labor. Para mi, ser médico es lo mejor que me ha ocurrido. Muchos años de estudio, alejado de la naturaleza humana y aprendiendo en como abrir una persona en canal para extraerle el corazón y ponerle otro. Los transplantes son mi pasión, pero cuando no hay un órgano para un paciente se vuelve mi perdición. Por eso, me he atrevido a aceptar la nueva tecnología. No estoy convencido de lo que dicen esos forofos, pero necesito ese corazón, tengo que salvar a Sophi. Ella debe bailar en su graduación, debe andar con orgullo por el altar y debe tener tantos hijos como su útero le permita. Tengo que salvarle la vida.
El corazón es de tejido falso, siento como lo aplasto entre mis manos y éste se resiste a la presión. El color es rojo suave, las válvulas parecen fuertes y las venas anchas capaces de transportar litros de sangre. Estoy algo asustado, pero es lo mejor para Sophi, Es o tener un órgano falso o morir con seis años. Grito unas cuantas órdenes y me coloco delante del cuerpo de la pequeña, dejo el corazón en la paleta con hielo y tomo aire antes de pedir el bisturí.
Los separadores logran abrirme camino por sus costillas, hasta encontrar su diminuto corazón, de un color rojo oscuro, latiendo más lento de lo aconsejable para una niña de seis años. Comienza la verdad. Extraigo el órgano inerte, limpio las vías y colocó el nuevo, enchufo las venas y dejo que la sangre comienza a fluir. Dos segundos y el corazón no late. Siento las gotas de sudor frío, tengo miedo. Cierro los ojos y al fin la máquina comienza a latir.
Sophi vivirá. Quizás la máquina no salvé a todos los humanos, pero a esa niña de seis años seguro.
¡OMG! Casi me da algo leyendo esto xD Sospecho que te gusta mucho la medicina a nivel cirugía ¿verdad? Me encanta como haces estos relatos. Y te ha quedado precioso <3
ResponderEliminarEspero ya estés mejor <3
¡Cuidate!
Bye!
Me chiflan los médicos y todo lo que tenga que ver con ellos... tengo un problema xD.
EliminarGraciaassssss mil quinientas veces. Me encanta que te encante.
Y si, ya estoy mejor... es por el tiempo, que me afecta a la cabeza, pero ya estoy fresca como una lechuga.
<3 THANKS
Saludosss