Día 25: Pérdida

Tengo la maldición de poseer la memoria selectiva más selecta del universo. Ésto quiere decir que me acuerdo de aquello que quiero y me olvido de todo lo demás, pero es que encima me acuerdo de cosas que no quiero y olvido cosas que quiero. Es una ladilla, pero es mi cruz.
La cosa es que en este magnifico día tengo que escribir algo referente a una cita famosa y mira que me han gustado un montón, pero ahora no me acuerdo de ninguna, así que busque y encontré unas cuantas que me gustaban pero no me iluminaban hasta que viendo Outlander (segunda temporada) encontré un proverbio que es más viejo que matusalem y me iluminé...

"Ojos que no ven, corazón que no siente"


Pérdida
Me dijeron que no recordaría nada. 
Me dijeron que no me preocupara, que no le dolería.
Me dijeron que como nunca lo supo, nunca le dolerá.
Esos hombres con batas blancas me miraban con lástima. Odio la lástima, pero en ese momento cuando las dos personas que más amaba en el mundo estaban en peligro no me importó que uno de ellos me abrazara y me diera ánimos. 

Me dijeron que tardaría en levantarse.
Me dijeron que todo saldría bien.
Me dijeron que todo acabo.
Estaba en la habitación del hospital, el ángel de mi vida estaba acostado en la cama, con los ojos cerrados y durmiendo pausadamente. Su abultado abdomen se veía vacío, quizás solo lo veía vacío yo. Ella jamás lo sabría. Si no lo sabía no dolería, o eso me había comentado un psicologo.
Mientras acariciaba la mejilla sonrosada ella comenzó a abrir los ojos. Su mirada perdida y asustada me buscaba, cuando nuestros ojos se encontraron sonrió con debilidad, haciéndome miles de preguntas en silencio. Era mi turno de contarle lo sucedido. 
Ojos que no ven, corazón que no siente. Ella no lo sabría nunca.