Dormir

Una de las cosas que más me gusta hacer después de escribir es dormir y créeme cuando te digo que es una revelación que tuve hace relativamente poco.
Desde que terminé mis estudios y comencé la maldita búsqueda de empleo una de las cosas que más hacía y disfrutaba era meterme en la cama y saber que no tendría que poner el despertador. Por lo que obviamente sin despertador terminaba durmiendo hasta tarde. Solía levantarme (y aún lo hago cuando puedo) sobre las 11 o 12, incluso he llegado a despertarme sobre la 13. Cuando pasaba éstas cosas E solía burlarse de mi diciendo "Es que no duermes suficiente" o " No te gusta dormir ¿no?". Y la segunda viene a que antiguamente decía que no me gustaba dormir. Porque si he de ser honesta, no es un hobby, es verdad que cuando duermo, lo disfruto pero no suelo hacer la siesta o eso... pero claro, si he de ser totalmente sincera he de admitir que si, me gusta mucho dormir.




Desde que acepté que me gusta dormir, realmente todo sigue igual. Simplemente ahora disfruto más cuando me despierto a horas obscenas. Y es que claro, cuando no tienes responsabilidades al día siguiente, te puedes permitir el lujo de dormir hasta que duela y eso era algo que solía hacer. Aunque claro, cuando duermes en exceso a la noche, casi no tienes sueño y comienzas con la odisea de ¿qué postura me pongo?¿por qué no se me desconecta el cerebro? ¡Uy que tarde que es!. Y claro, durante estos largos días de ausencia de sueño terminé buscando tácticas para dormir y son éstas...

Primera: Concentrarte en tu respiración. Poner toda tu concentración en como sube y baja el abdomen. Es un poco aburrido, pero a veces si te concentras puedes sentir como las costillas se te abren. Ésta táctica también sirve cuando tienes un ataque de ansiedad, lograr calmar tu angustia y te centrar en otra cosa que no sea tu preocupación.

Segunda: Ésta la conocí con mi abuela, ya que ella compró un cd de éstos de relajación. La cosa era que debías ir relajando poco a poco todas las partes de tu cuerpo y a medida que ibas relajandote sentías el cuerpo pesado y quedabas frita.

Tercera: Imaginarte que tu cerebro es una casa con muchas habitaciones y que están todas las luces abiertas con gente hablando, pues la cosa es ir apagando las luces para que la gente se vaya callando, por lo que terminas tranquila y con el cerebro y en silencio.

Sé que hay más, pero éstas tres son las que más suelo utilizar cuando tengo mis días de insomnio. La típica de contar ovejitas nunca me ha funcionado, soy así de especial.

Si te pasa como a mi, que te gusta dormir y que luego te cuesta dormir, éstas tácticas ayudan mucho. Siempre y cuando antes de dormir hagas algo para relajarte (leer, ver una película...) y así todo tiene más efecto.