Día 3: Percepción
Cuando me digan que algo sobre suspende siempre se me viene a la cabeza algo relacionado con fantasmas o algo que te deja con la intriga. Podría hacer algo de terror psicológico, pero en el anterior reto (el de 21) cuando tocó hacer algo así me decante por algo más ligero, así que ésta vez si que meteré las manos en terreno pantanoso...
El reto tiene que comenzar con "Estoy de pie en mi cocina..."
Percepción
Estoy de pie en mi cocina. Es el único lugar donde no guardo recuerdos de lo ocurrido. Quizás porque ella nunca entraba ahí, o simplemente porque no puedo asociar un sitio tan cálido como éste, con algo tan horrible, tan desprovisto de sensaciones o emociones. Es algo biológicamente imposible.
No puedo meter a Kyra en un lugar tan dulce, cuando ella no era en absoluto dulce. A pesar de que de las dos era la más femenina, la más maternal y la más mujer, jamás ponía un pie en la cocina. Nunca le llegué a preguntar por qué, aunque tampoco me importaba cocinar para ella. Más bien, quería cocinar para ella. Por eso, estoy aquí, de pie, cerca de la mesa y lejos del fogón, esperando a que la puerta se abra y entre en la casa. Cierro los ojos e imagino como la puerta se abre, tal es el poder de mi imaginación que escucho como la puerta de la casa se abre, como gruñe y golpea contra la pared. No puedo evitar sonreír. ¿Cuantas veces le dije que fuera amable con la puerta? Sin cambiar la expresión sigo disfrutando de mi delirio, logro escuchar los pasos de ella caminar por la sala, dejar su chaqueta, el pesado bolso y gruñir como un camionero cuando se sienta en el sofá. Ahora toca el triunfal grito "¡Cariño estoy aquí!". Puedo oír su voz, su tono neutro pero lleno de sentimientos. Un golpe seco me despierta de mi ensoñación. Al abrir los ojos siento una brisa gélida que inunda la casa. Camino hasta la entrada y veo la puerta abierta, tan abierta como la solía dejar ella. Escucho el peso de alguien subir las escaleras. Con el corazón agitado y un nudo en la garganta corro hasta llegar a ahí. Escucho como la puerta de nuestra habitación se abre. Sin pensármelo dos veces subo. Al llegar a mi cuarto veo como la puerta se cierra tras de alguien. Sigo caminando con pasos lentos, sin saber que esperarme al otro lado, pero al entrar tan sólo veo las ventanas abiertas, la cortina entrando y saliendo y nuestra foto que días atrás había roto, colocada en la mesa, nueva y radiante. En el marco tan sólo había una nota. Una nota con su letra. La última nota antes de morir.
Su último " adiós".
El reto tiene que comenzar con "Estoy de pie en mi cocina..."
Percepción
Estoy de pie en mi cocina. Es el único lugar donde no guardo recuerdos de lo ocurrido. Quizás porque ella nunca entraba ahí, o simplemente porque no puedo asociar un sitio tan cálido como éste, con algo tan horrible, tan desprovisto de sensaciones o emociones. Es algo biológicamente imposible.
No puedo meter a Kyra en un lugar tan dulce, cuando ella no era en absoluto dulce. A pesar de que de las dos era la más femenina, la más maternal y la más mujer, jamás ponía un pie en la cocina. Nunca le llegué a preguntar por qué, aunque tampoco me importaba cocinar para ella. Más bien, quería cocinar para ella. Por eso, estoy aquí, de pie, cerca de la mesa y lejos del fogón, esperando a que la puerta se abra y entre en la casa. Cierro los ojos e imagino como la puerta se abre, tal es el poder de mi imaginación que escucho como la puerta de la casa se abre, como gruñe y golpea contra la pared. No puedo evitar sonreír. ¿Cuantas veces le dije que fuera amable con la puerta? Sin cambiar la expresión sigo disfrutando de mi delirio, logro escuchar los pasos de ella caminar por la sala, dejar su chaqueta, el pesado bolso y gruñir como un camionero cuando se sienta en el sofá. Ahora toca el triunfal grito "¡Cariño estoy aquí!". Puedo oír su voz, su tono neutro pero lleno de sentimientos. Un golpe seco me despierta de mi ensoñación. Al abrir los ojos siento una brisa gélida que inunda la casa. Camino hasta la entrada y veo la puerta abierta, tan abierta como la solía dejar ella. Escucho el peso de alguien subir las escaleras. Con el corazón agitado y un nudo en la garganta corro hasta llegar a ahí. Escucho como la puerta de nuestra habitación se abre. Sin pensármelo dos veces subo. Al llegar a mi cuarto veo como la puerta se cierra tras de alguien. Sigo caminando con pasos lentos, sin saber que esperarme al otro lado, pero al entrar tan sólo veo las ventanas abiertas, la cortina entrando y saliendo y nuestra foto que días atrás había roto, colocada en la mesa, nueva y radiante. En el marco tan sólo había una nota. Una nota con su letra. La última nota antes de morir.
Su último " adiós".
¡Oh, por un momento creí que la iba a ver de nuevo! Me encantó, es tan lindo y es un desasosiego grande cuando sientes algo así. Me conmovió TwT
ResponderEliminar¡Cuidate!
Bye!
¡Gracias! Yo también quería que apareciera, pero al ser de suspense no podía dejarlo con un final feliz.
EliminarMe alegra que te guste.
Cuídate