Café
¡Toca reto de Inspirándome con un elemento!
Mira tu que la foto me encanta, no hay macho-macho que más me guste que con barba y un café en las manos... ¿hay ser más sexual que eso? Yo te respondo...¡No! Y el quien diga lo contrario miente.
Café
Siempre venía a la misma hora. Pedía un café corto sin azúcar, cogía el periódico y se sentaba en una mesa lo más alejada de la puerta. A pesar de que tenía una rutina muy marcada, su vestimenta cambiaba según el tiempo. Los días soleados vestía trajes azules o blancos, cuando hacía frío tonos azules oscuros y verde musgo, en cambio los días lluviosos se vestía de negro o gris. Aunque su ropa fuera así, su estado de humor no variaba. Cada día la saludaba con una amable sonrisa, alababa su café y muy de vez en cuando le pedía la receta de algún bizcocho. Aquel hombre no era muy hablador, pero cada vez que entraba a su pequeña cafetería sentía que todo su mundo se iluminaba.
Estaba nerviosa ese día, pensaba pedirle el número de teléfono a aquel atractivo hombre, incluso su nombre. Sabía que su historia parecía un cliché, pero por muy cliché que fuera ella la iba a ser realidad. La puerta se abrió y el cascabel sonó. Ella sonrió al comprobar que ese día vestía de negro, aunque el día era de un radiante azul, eso sólo quería decir una cosa: estaba improvisando, probando cosas nuevas y una de ellas iba a ser ella.
Mira tu que la foto me encanta, no hay macho-macho que más me guste que con barba y un café en las manos... ¿hay ser más sexual que eso? Yo te respondo...¡No! Y el quien diga lo contrario miente.
Café
Siempre venía a la misma hora. Pedía un café corto sin azúcar, cogía el periódico y se sentaba en una mesa lo más alejada de la puerta. A pesar de que tenía una rutina muy marcada, su vestimenta cambiaba según el tiempo. Los días soleados vestía trajes azules o blancos, cuando hacía frío tonos azules oscuros y verde musgo, en cambio los días lluviosos se vestía de negro o gris. Aunque su ropa fuera así, su estado de humor no variaba. Cada día la saludaba con una amable sonrisa, alababa su café y muy de vez en cuando le pedía la receta de algún bizcocho. Aquel hombre no era muy hablador, pero cada vez que entraba a su pequeña cafetería sentía que todo su mundo se iluminaba.
Estaba nerviosa ese día, pensaba pedirle el número de teléfono a aquel atractivo hombre, incluso su nombre. Sabía que su historia parecía un cliché, pero por muy cliché que fuera ella la iba a ser realidad. La puerta se abrió y el cascabel sonó. Ella sonrió al comprobar que ese día vestía de negro, aunque el día era de un radiante azul, eso sólo quería decir una cosa: estaba improvisando, probando cosas nuevas y una de ellas iba a ser ella.
Oh, me ha encantado el relato. ¿Un café corto es un café cortado con leche? Pensé en eso pero me quedé con la duda xD
ResponderEliminarMe gustó mucho el relato.
¡Cuidate!
Bye!
¡Me alegra que te guste! Un café corto es... sin leche, supongo. Realmente hay gente que dicen que es corto de café y creo que es cuando le ponen leche. No estoy segura.
Eliminar¡Cuídate!