Día 14: Cascabelito
Una de las cosas que siempre me han caracterizado incluso desde pequeña es que sonrío mucho. Siempre tengo una sonrisa en los labios, soy una persona extremadamente feliz y optimista. Aunque obviamente tengo mis días o meses malos como todos, pero a pesar de todo eso soy feliz y mi madre me solía decir que de pequeña era un "cascabelito". Que siempre me reía y era risueña, quizás haré algo referente a ello...
Cascabelito
Llevaba todo el día trabajando. Tan sólo quería ir a casa, quitarse los zapatos apretados y echarse a la cama. No tenía ganas ni de cocinar, ni de hablar e incluso pensó que respirar sería una molestia.
Al llegar todas las luces estaban apagadas, el olor a leña invadía todos los rincones y en la cocina había un plato preparado con una pequeña notita que ponía "te esperamos en el cuarto". Ella sonrió, mientras se quitaba los zapatos engullía casi sin saborear el plato que había preparado su marido. Al terminarlo lo dejó en la cocina y mientras se quitaba la ropa iba llegando a su habitación. En la cama se encontraba su marido, jugando con la pequeña niña de ojos caramelos y sonrisa angelical. La niña al darse cuenta que ella había llegado comenzó a reír mientras estiraba los bracitos rollizos. Hasta que no tuvo a la niña entre sus brazos y dándole besos babosos no se sintió en casa. Su cascabelito le daba la bienvenida. Ya estaba en casa.
Cascabelito
Llevaba todo el día trabajando. Tan sólo quería ir a casa, quitarse los zapatos apretados y echarse a la cama. No tenía ganas ni de cocinar, ni de hablar e incluso pensó que respirar sería una molestia.
Al llegar todas las luces estaban apagadas, el olor a leña invadía todos los rincones y en la cocina había un plato preparado con una pequeña notita que ponía "te esperamos en el cuarto". Ella sonrió, mientras se quitaba los zapatos engullía casi sin saborear el plato que había preparado su marido. Al terminarlo lo dejó en la cocina y mientras se quitaba la ropa iba llegando a su habitación. En la cama se encontraba su marido, jugando con la pequeña niña de ojos caramelos y sonrisa angelical. La niña al darse cuenta que ella había llegado comenzó a reír mientras estiraba los bracitos rollizos. Hasta que no tuvo a la niña entre sus brazos y dándole besos babosos no se sintió en casa. Su cascabelito le daba la bienvenida. Ya estaba en casa.
¡Qué ternura! Me ha encantado el relato <3 y la imagen del cascabel me ha gustado mucho, y es que sigo pensando que es una ternura el encuentro de una madre con sus hijos cuando termina el día <333
ResponderEliminarMe encantó <3
Bye!
¿A que si? A mi también me pareció muy tierno, así que me doy por satisfecha. Me alegro que te haya gustado. :D
EliminarCuídate