¡Escógeme!: Capítulo Once (Final)
¡Hola!
Y al fin llegó al último capítulo de éste FanFiction, ha decir verdad se me ha hecho más largo de lo que tenía pensado hacerlo, pero bueno... siempre es un placer poder escribir sobre ésta pareja tan poco común.
Si, soy una amante de las parejas extrañas además con las historias de Naruto siempre se puede hacer mucho juego.
Sin más, les dejo con el último capítulo y espero que te haya gustado tanto como a mi escribirlo.
Capítulo once:
A pesar de que había llegado aquel lugar con los ojos tapados, reconocía dónde estaba. Jamás podría olvidar el aroma de aquellas oficinas, como el ruido de la calle llenaban los despachos y como cuando se ocultaba el sol sus rayos se filtraban por las ventanas. Era verdad que llevaba años sin pasar por ahí, pero jamás olvidaría los buenos momentos que pasó, incluso estando atados de pies y manos, con los ojos cerrados y sintiendo como una pistola se apretaba en su cienes, no podía olvidar lo feliz que fue en ese lugar. Suspiró y esperó con calma a que sus secuestradores decidieran que hacer con él. Durante unos minutos intentó pensar en quien podría ser, pero si debía ser honesto cualquier persona de esa oficina daría la vida para que su padre le prestara atención. De todas sus compañías esa era la que más abandonada tenía, por eso, antes de cortar vínculos con su familia, había estado trabajando ahí, sopesando la idea de abandonarlo todo o aguantar un poco más, pero su tiempo ahí no había sido suficiente para hacerle cambiar de opinión y en ese momento tampoco. Se alegraba de haberse alejado de ese entorno, porque sino, posiblemente él estaría de ese lado y seguramente alguien importante para su familia estaría en su lugar. Pensó en Hinata, en lo preocupada que debía estar y deseó que no hiciera nada temerario, sabía que esa mujer sería capaz de cualquier cosa para encontrarlo, después de todo había sido ella la loca que había decidido ir hablar con sus padres. Por su parte él no consiguió nada con el suyo, su padre seguía obstinado en cancelar ese contrato. Quizás por esa decisión él estaba ahí, secuestrado y esperando a su momento de morir.
Había perdido la noción del tiempo, no sabía si era de madrugada, de tarde o de noche. Seguía atado de manos y pies, con los ojos tapados aunque algo había cambiado. Una puerta estaba abierta y podía oír como alguien hablaba con otra persona, a pesar de que estaban cerca no pudo entender lo que estos decían, sólo logró comprender una palabra “Los Hyugas”. Angustiado intentó luchar contra las cuerdas que le ataban, debía salir de aquel lugar antes de que esa familia se metiera en líos que no le tocaban. Estuvo un largo rato moviendo manos y pies, aunque lo único que logró es hacerse feas heridas en las muñecas. Sentía como la sangre le salía y se le escurría por la mano y manchaba el suelo. No supo en que momento perdió el conocimiento, pero cuando volvió abrir los ojos ya no se encontraba en aquella habitación oscura, más bien en una totalmente distinta. Olía a hospital, sentía como si algo le atravesaba el brazo y como tenía un fuerte dolor de cabeza. Buscó en la habitación hasta encontrar a Hinata, durmiendo en el sillón, con aspecto cansado y algo más blanca de lo normal. Se incorporó y estiró la mano hasta tocarle la mejilla, ella fue abriendo los ojos poco a poco hasta encontrarse con los suyos oscuros. Ella sonrió y con movimientos aún pesados y adormilados se acerco a él y le abrazó.
- Me alegro que estés bien.- dijo mientras hundía su cabeza en su pecho y rompía a llorar.- Pensé que te había perdido.
- ¿Qué... ha pasado?
Cuando ella apartó la cabeza de su pecho y le miró supo que lo que iba a decir no le gustaría ningún pelo...Con voz ronca y asustada contó que investigó con ayuda de su padre algunas sucursales de su familia, intentando encontrar algún cabo suelto o algún personal descontento. Después de varias horas encontró una que estaba apunto de la quiebra. El trato entre las dos familias haría que ésta volviera a estar fuera de peligro, pero al romperlo éstos volverían a verse en malas situaciones y posiblemente terminarían sin trabajo y disolviendo esa empresa en menos de un mes. Mientras ella iba hablando, recordó que siempre habían estado, pero que jamás habían llegado a ese punto. Olvidándose durante un momento de eso volvió a prestar atención a ella, que seguía hablando. Dijo que pronto encontró a dos empleados que habían sido despedidos recientemente y que ninguno había vuelto a casa a esas horas, después hizo cálculos y comprendió que ellos podían estar relacionados con su secuestro. Sin dudarlo llamó a la policía y se adentró a la empresa hasta que lo encontró, por suerte nadie salió herido pero esos dos individuos habían quedado encarcelados y sin ninguna posibilidad de salir en mucho tiempo.
Y al fin llegó al último capítulo de éste FanFiction, ha decir verdad se me ha hecho más largo de lo que tenía pensado hacerlo, pero bueno... siempre es un placer poder escribir sobre ésta pareja tan poco común.
Si, soy una amante de las parejas extrañas además con las historias de Naruto siempre se puede hacer mucho juego.
Sin más, les dejo con el último capítulo y espero que te haya gustado tanto como a mi escribirlo.
Capítulo once:
A pesar de que había llegado aquel lugar con los ojos tapados, reconocía dónde estaba. Jamás podría olvidar el aroma de aquellas oficinas, como el ruido de la calle llenaban los despachos y como cuando se ocultaba el sol sus rayos se filtraban por las ventanas. Era verdad que llevaba años sin pasar por ahí, pero jamás olvidaría los buenos momentos que pasó, incluso estando atados de pies y manos, con los ojos cerrados y sintiendo como una pistola se apretaba en su cienes, no podía olvidar lo feliz que fue en ese lugar. Suspiró y esperó con calma a que sus secuestradores decidieran que hacer con él. Durante unos minutos intentó pensar en quien podría ser, pero si debía ser honesto cualquier persona de esa oficina daría la vida para que su padre le prestara atención. De todas sus compañías esa era la que más abandonada tenía, por eso, antes de cortar vínculos con su familia, había estado trabajando ahí, sopesando la idea de abandonarlo todo o aguantar un poco más, pero su tiempo ahí no había sido suficiente para hacerle cambiar de opinión y en ese momento tampoco. Se alegraba de haberse alejado de ese entorno, porque sino, posiblemente él estaría de ese lado y seguramente alguien importante para su familia estaría en su lugar. Pensó en Hinata, en lo preocupada que debía estar y deseó que no hiciera nada temerario, sabía que esa mujer sería capaz de cualquier cosa para encontrarlo, después de todo había sido ella la loca que había decidido ir hablar con sus padres. Por su parte él no consiguió nada con el suyo, su padre seguía obstinado en cancelar ese contrato. Quizás por esa decisión él estaba ahí, secuestrado y esperando a su momento de morir.
Había perdido la noción del tiempo, no sabía si era de madrugada, de tarde o de noche. Seguía atado de manos y pies, con los ojos tapados aunque algo había cambiado. Una puerta estaba abierta y podía oír como alguien hablaba con otra persona, a pesar de que estaban cerca no pudo entender lo que estos decían, sólo logró comprender una palabra “Los Hyugas”. Angustiado intentó luchar contra las cuerdas que le ataban, debía salir de aquel lugar antes de que esa familia se metiera en líos que no le tocaban. Estuvo un largo rato moviendo manos y pies, aunque lo único que logró es hacerse feas heridas en las muñecas. Sentía como la sangre le salía y se le escurría por la mano y manchaba el suelo. No supo en que momento perdió el conocimiento, pero cuando volvió abrir los ojos ya no se encontraba en aquella habitación oscura, más bien en una totalmente distinta. Olía a hospital, sentía como si algo le atravesaba el brazo y como tenía un fuerte dolor de cabeza. Buscó en la habitación hasta encontrar a Hinata, durmiendo en el sillón, con aspecto cansado y algo más blanca de lo normal. Se incorporó y estiró la mano hasta tocarle la mejilla, ella fue abriendo los ojos poco a poco hasta encontrarse con los suyos oscuros. Ella sonrió y con movimientos aún pesados y adormilados se acerco a él y le abrazó.
- Me alegro que estés bien.- dijo mientras hundía su cabeza en su pecho y rompía a llorar.- Pensé que te había perdido.
- ¿Qué... ha pasado?
Cuando ella apartó la cabeza de su pecho y le miró supo que lo que iba a decir no le gustaría ningún pelo...Con voz ronca y asustada contó que investigó con ayuda de su padre algunas sucursales de su familia, intentando encontrar algún cabo suelto o algún personal descontento. Después de varias horas encontró una que estaba apunto de la quiebra. El trato entre las dos familias haría que ésta volviera a estar fuera de peligro, pero al romperlo éstos volverían a verse en malas situaciones y posiblemente terminarían sin trabajo y disolviendo esa empresa en menos de un mes. Mientras ella iba hablando, recordó que siempre habían estado, pero que jamás habían llegado a ese punto. Olvidándose durante un momento de eso volvió a prestar atención a ella, que seguía hablando. Dijo que pronto encontró a dos empleados que habían sido despedidos recientemente y que ninguno había vuelto a casa a esas horas, después hizo cálculos y comprendió que ellos podían estar relacionados con su secuestro. Sin dudarlo llamó a la policía y se adentró a la empresa hasta que lo encontró, por suerte nadie salió herido pero esos dos individuos habían quedado encarcelados y sin ninguna posibilidad de salir en mucho tiempo.
- Vaya, me salvaste...- dijo sorprendido.
- Claro, eres mi prometido. ¿No?- sonrió y le besó en los labios.
Al escuchar eso, recordó que no había quedado en ningún acuerdo de su parte. Estaba a punto de darle las malas noticias cuando la puerta de la habitación se abrió y entraron los dos representantes de las familias. Hinata sonrió y rió sin apartarse de él, tenía su mano fuertemente sujeta y no dejaba de mirarlo como si aquello fuera divertido. Algo inquieto esperó a que su padre dijera algo, pero quien habló primero fue el padre de su mujer, que sonreía con dulzura cuando su padre le informaba que daba el visto bueno a su relación, luego le dio el turno a su padre, que con el semblante serio le hizo una pregunta que jamás le había hecho años atrás...
- ¿Qué eliges?- preguntó.- ¿Tu libertad o la familia?
Se quedó pensando en aquella pregunta. De su padre no se podía fiar, siempre sus palabras tenían doble sentido y nunca eran como él prometía que iba a ser. Busco a Hinata con la mirada y comprobó que ella seguía relajada, cogiéndole de la mano y observándole como si aquella pregunta no supusiera nada para ellos. ¿La libertad que significaba?¿hacer lo que siempre había querido hacer o ser libre de él?¿Y familia se refería a los Uchiha solo o a los Hyugas?
- Escógeme a mi. - susurró Hinata mientras le cogía con fuerza en la mano.- Elígeme.
Miró a su padre intentando encontrar el truco en su mirada, pero sabía que jamás se lo diría. A pesar de lo que le decía el sentido común, sabía que siempre elegiría la posibilidad de estar al lado de Hinata. En el pasado él no fue su elección y quizás en el futuro tampoco lo sería... ¿se arriesgaría por ella? Suspiró y antes de decidir hizo una pregunta que hacía tiempo quería hacer...
-Si pudieras volver al pasado...- habló con voz ronca.- ¿A quién elegirías?¿A mi hermano o a mi?
Hinata abrió los ojos sorprendidas y le soltó la mano. Algo en su corazón se rompió y se maldijo en hacer esa pregunta. Sabía que no podía competir con su hermano, pero si debía tomar una decisión de por vida, quería estar seguro de que la elección fuera la correcta. Espero paciente a que ella hablara...
- A ti, te elegiría a ti.- sonrió con los ojos llenos de lágrimas.
Sonrió contento y miró a su padre. Ya tenía la respuesta correcta y estaba plenamente convencido que jamás se arrepentiría de ella, y deseaba en lo más hondo de su corazón que Hinata tampoco.
- Claro, eres mi prometido. ¿No?- sonrió y le besó en los labios.
Al escuchar eso, recordó que no había quedado en ningún acuerdo de su parte. Estaba a punto de darle las malas noticias cuando la puerta de la habitación se abrió y entraron los dos representantes de las familias. Hinata sonrió y rió sin apartarse de él, tenía su mano fuertemente sujeta y no dejaba de mirarlo como si aquello fuera divertido. Algo inquieto esperó a que su padre dijera algo, pero quien habló primero fue el padre de su mujer, que sonreía con dulzura cuando su padre le informaba que daba el visto bueno a su relación, luego le dio el turno a su padre, que con el semblante serio le hizo una pregunta que jamás le había hecho años atrás...
- ¿Qué eliges?- preguntó.- ¿Tu libertad o la familia?
Se quedó pensando en aquella pregunta. De su padre no se podía fiar, siempre sus palabras tenían doble sentido y nunca eran como él prometía que iba a ser. Busco a Hinata con la mirada y comprobó que ella seguía relajada, cogiéndole de la mano y observándole como si aquella pregunta no supusiera nada para ellos. ¿La libertad que significaba?¿hacer lo que siempre había querido hacer o ser libre de él?¿Y familia se refería a los Uchiha solo o a los Hyugas?
- Escógeme a mi. - susurró Hinata mientras le cogía con fuerza en la mano.- Elígeme.
Miró a su padre intentando encontrar el truco en su mirada, pero sabía que jamás se lo diría. A pesar de lo que le decía el sentido común, sabía que siempre elegiría la posibilidad de estar al lado de Hinata. En el pasado él no fue su elección y quizás en el futuro tampoco lo sería... ¿se arriesgaría por ella? Suspiró y antes de decidir hizo una pregunta que hacía tiempo quería hacer...
-Si pudieras volver al pasado...- habló con voz ronca.- ¿A quién elegirías?¿A mi hermano o a mi?
Hinata abrió los ojos sorprendidas y le soltó la mano. Algo en su corazón se rompió y se maldijo en hacer esa pregunta. Sabía que no podía competir con su hermano, pero si debía tomar una decisión de por vida, quería estar seguro de que la elección fuera la correcta. Espero paciente a que ella hablara...
- A ti, te elegiría a ti.- sonrió con los ojos llenos de lágrimas.
Sonrió contento y miró a su padre. Ya tenía la respuesta correcta y estaba plenamente convencido que jamás se arrepentiría de ella, y deseaba en lo más hondo de su corazón que Hinata tampoco.
OMG! Llegó el final :DDDD aunque me esperaba una escena de acción XD me ha gustado. Y el final, casi entre la espada y la pared ¡tan linda Hinata! <3
ResponderEliminarMe encantó <3
¡Un abrazo!
¡Me alegro que te haya gustado! :D
EliminarUn abrazo!
Hola Kath!
ResponderEliminarExtraño pero llegue al final del fanfic sin haber leído las demás partes :c
Amm no soy muy fan de Naruto, creo que no es algo que disfrute ver
Un saludo grande, que estés muy bien!
¡Oh! No te preocupes :D me vale ya con que me hayas comentado. Un abrazo muy grande.
EliminarQue pases linda semana.
¡Hola!
ResponderEliminarme ha gustado mucho el capitulo, espero más entradas así ^^
Un abrazo ♥
¡Muchas gracias! :D
EliminarCuídate