De superhéroe a...
Degemer mad! (Bretón)
¿Qué tal estás éste nublado día de fiesta? Aquí al menos en palma es fiesta y las calles están muertas además de que el tiempo no anima a que las personas salgan hacer vida social. Aunque yo como soy especial saldré a tomar algo calentito para acompañar el día...
Hoy quiero hablar de un tema que me ronda desde hace mucho tiempo. Intentaré ser bastante clara con mis ideas para no confundir, pero como mi cabeza es una tormenta de ideas dudo que sea todo tan claro como aspiro, pero bueno... al menos lo estoy intentando.
Es bien conocido que a lo largo de la vida, la relación con nuestros padres va cambiando. A veces para bien, a veces para mal y en otras se queda en un punto intermedio. Por regla general éstas etapas van ligadas a una edad. Al principio amamos con pasión y sin filtro a nuestros progenitores, después cuando entramos a la adolescencia los odiamos con cada centímetro de nuestro cuerpo, cuando nos volvemos un poco más adultos no llegamos a colocarnos en ningún extremo y cuando ya somos adultos los queremos tal cual son. Es algo normal, natural y muy necesario para la propia evolución personal. Todo el mundo ha pasado por éstas etapas, siempre y cuando hayan tenido la fortuna de estar con ellos o tener una relación usual. A veces esta evolución ni siquiera se adapta a los padres biológicos, porque en mi caso mi padre de sangre vive en el otro charco y E, ha ejercido esa función y esos sentimientos.
Aunque sean cosas que le pasan a todos los hijos, estoy segura de que muchos de ellos no intentan ir un poco más allá de lo básico, de centrarse en esos sentimientos y analizarlos, en intentar entender las cosas y ver por qué ocurren. Quizás no lo hagan porque no les interesa o simplemente lo tienen tan asimilado que directamente les resulta una pérdida de tiempo. No lo sé, en mi caso si que he tenido tiempo de reflexionarlo, porque como todo en mi vida, me pasó de una forma diferente, más lenta y pausada. Durante muchos años mi relación con mis padres era muy buena, muy sana...pero claro a medida que iba creciendo iba viendo defectos de ellos que no quería aceptar, hasta que llegó el momento de tener que afrontarlo y realmente fue enclarecedor.
Llega un momento que los hijos debemos quitarle la máscara a nuestros padres, arrancarle la capa y verlos como simple humanos llenos de defectos y aprender a quererlos tal cual como son. Es fácil decirlo o escribirlo, incluso pensarlo... pero en el momento de la verdad es muy complicado intentar no recriminar nada, porque somos humanos y siempre queremos lo mejor para nosotros mismo. Muchas veces terminamos dándole la culpa a ellos, cuando gran parte también es nuestra. Se dice que los hijos somos el reflejo de lo bueno de nuestros padres, aunque a veces también somos el reflejo de lo malo y de las carencias que éste tubo en su infancia.
Con todo esto y pensando en el futuro y mi relación con mis hijos, no sé si quiero que me vean como una heroína, ni como alguien superior a ellos. Tampoco quiero que crean que me pueden faltar al respeto o a ponerse a mi mismo nivel en según que momentos, pero... me gustaría criarlos en modo de llenar sus necesidades y no las mías frustradas. Sé que es difícil porque después de todo un padre solo aspira a lo mejor para su hijo, se ve reflejado en él y llena lo que ellos creen que es lo que necesitan. No sé como seré como madre, pero estoy plenamente convencida que quiero tener las cosas buenas de mis dos (cuatro) padres y poder crear a una persona que esté orgullosa de su vida y su familia.
Supongo que es el deseo de todo el mundo, pero yo simplemente quería decirlo en voz alta.
¿Qué tal estás éste nublado día de fiesta? Aquí al menos en palma es fiesta y las calles están muertas además de que el tiempo no anima a que las personas salgan hacer vida social. Aunque yo como soy especial saldré a tomar algo calentito para acompañar el día...
Hoy quiero hablar de un tema que me ronda desde hace mucho tiempo. Intentaré ser bastante clara con mis ideas para no confundir, pero como mi cabeza es una tormenta de ideas dudo que sea todo tan claro como aspiro, pero bueno... al menos lo estoy intentando.
Es bien conocido que a lo largo de la vida, la relación con nuestros padres va cambiando. A veces para bien, a veces para mal y en otras se queda en un punto intermedio. Por regla general éstas etapas van ligadas a una edad. Al principio amamos con pasión y sin filtro a nuestros progenitores, después cuando entramos a la adolescencia los odiamos con cada centímetro de nuestro cuerpo, cuando nos volvemos un poco más adultos no llegamos a colocarnos en ningún extremo y cuando ya somos adultos los queremos tal cual son. Es algo normal, natural y muy necesario para la propia evolución personal. Todo el mundo ha pasado por éstas etapas, siempre y cuando hayan tenido la fortuna de estar con ellos o tener una relación usual. A veces esta evolución ni siquiera se adapta a los padres biológicos, porque en mi caso mi padre de sangre vive en el otro charco y E, ha ejercido esa función y esos sentimientos.
Aunque sean cosas que le pasan a todos los hijos, estoy segura de que muchos de ellos no intentan ir un poco más allá de lo básico, de centrarse en esos sentimientos y analizarlos, en intentar entender las cosas y ver por qué ocurren. Quizás no lo hagan porque no les interesa o simplemente lo tienen tan asimilado que directamente les resulta una pérdida de tiempo. No lo sé, en mi caso si que he tenido tiempo de reflexionarlo, porque como todo en mi vida, me pasó de una forma diferente, más lenta y pausada. Durante muchos años mi relación con mis padres era muy buena, muy sana...pero claro a medida que iba creciendo iba viendo defectos de ellos que no quería aceptar, hasta que llegó el momento de tener que afrontarlo y realmente fue enclarecedor.
Llega un momento que los hijos debemos quitarle la máscara a nuestros padres, arrancarle la capa y verlos como simple humanos llenos de defectos y aprender a quererlos tal cual como son. Es fácil decirlo o escribirlo, incluso pensarlo... pero en el momento de la verdad es muy complicado intentar no recriminar nada, porque somos humanos y siempre queremos lo mejor para nosotros mismo. Muchas veces terminamos dándole la culpa a ellos, cuando gran parte también es nuestra. Se dice que los hijos somos el reflejo de lo bueno de nuestros padres, aunque a veces también somos el reflejo de lo malo y de las carencias que éste tubo en su infancia.
Con todo esto y pensando en el futuro y mi relación con mis hijos, no sé si quiero que me vean como una heroína, ni como alguien superior a ellos. Tampoco quiero que crean que me pueden faltar al respeto o a ponerse a mi mismo nivel en según que momentos, pero... me gustaría criarlos en modo de llenar sus necesidades y no las mías frustradas. Sé que es difícil porque después de todo un padre solo aspira a lo mejor para su hijo, se ve reflejado en él y llena lo que ellos creen que es lo que necesitan. No sé como seré como madre, pero estoy plenamente convencida que quiero tener las cosas buenas de mis dos (cuatro) padres y poder crear a una persona que esté orgullosa de su vida y su familia.
Supongo que es el deseo de todo el mundo, pero yo simplemente quería decirlo en voz alta.
Bueno,como eso ya lo hablamos ayer en nuestra deliciosa comida... Sabes que yo tengo mis opiniones :) Y compartimos varias.
ResponderEliminarTQ
Si, esa conversación también me ayudó a entender muchas cosas. Fue algo muy agradable tener ese tiempo para nosotras e Ian <3.
EliminarTQ
¡Hola! Personalmente, creo que es casi imposible que el niño no vea a su padre como un superhéroe —a menos que sea un pésimo padre, claro—. Personalmente, con mi madre siempre tuve un trato de iguales, todo lo contrario a mi padre, que siempre fue tratarlo con mucho más respeto, como que nunca lo he tuteado, siempre lo he tratado de usted, en cambio, con mi madre es totalmente diferente, pues, es una relación mucho más cercana, pero también, fue tanto que nos estuvo encima, pues, mi padre siempre fue más del trabajo que de la familia.
ResponderEliminarAun así, creo que es casi imposible encontrar el equilibrio perfecto y no repetir errores, que por mucho que a veces, queramos alejarnos de alguna cosa que no nos gustó de nuestros padres, pasa que se las comete de igual manera. Y como esto de ser padre no viene con un manual de instrucciones, uno hace lo que puede, para bien o para mal.
Personalmente, sigo viendo a mi madre como una heroína, que no tendrá superpoderes pero juro que a veces pareciera que los tuviera, además, su fortaleza para sobrellevar todo, pues, a pesar de que estuvo casada, siempre hizo todo sola porque mi padre tenía 'otras prioridades', por lo que, todo lo que ella ha hecho y aguantado, realmente, no creo que ninguna mujer lo soporte. Yo realmente, sabiendo lo que sé, me hubiese divorciado hace años XD Por eso lo digo siempre, amo a mi mami <3
Si, creo que es bastante difícil cambiar eso, pero bueno... siempre serán nuestros padres y los admiraremos de ciertas maneras, aunque sean seres imperfectos.
Eliminarun besote!