K: Palacio

Toca el Nivel 3 de mi propio reto.
Es divertido recordar porque lo hice y cada vez que siento algo nuevo ya estoy imaginado como será el próximo que haré.
Esto de no escribir durante un tiempo hace que cuando te pones las ideas burbujeen en tu cabeza. Cosas malas de no tener filtro. No es mi culpa...
Bueno... sin más les dejo con el relato.

Nivel 3: Escribe un relato sobre el ruido que hace el pie descalzo sobre la grama y el rocío de las flores.





Palacio
Era vagamente consciente de que había amanecido. Lo sabía porque los rayos del sol me calentaban la piel de la cara, escuchaba el murmullo de los pájaros y bajo el peso muerto de mi cuerpo sentía como la grama estaba húmeda. Intenté asustarme al saber que no me encontraba dentro de palacio, pero el terror no llegó a invadir mi cuerpo. La noche anterior al no poder dormir había salido de las habitaciones y me refugié en los jardines reales. Por muy princesa que fuera, seguía perteneciendo a la naturaleza, al campo, a la tierra... no podía simplemente cambiar toda mi esencia por casarme con quien lo había hecho. Era algo real y que mi marido debía comprender.
Todas mis alertas se encendieron cuando escuché las pisadas de alguien aproximarse. Con lentitud me incorporé y cerré los ojos ante el reflejo del sol. Hasta que los ojos no se me acostumbraron a la luz no pude comprobar que el jardín donde estaba era precioso, las flores estaban abiertas y algunas rosas rojas tenían pequeñas gotas de agua en sus pétalos. Sonrió durante unos segundo olvidándome del motivo de mi incorporación inmediata. Embelesada por la maravilla de la natura no me percaté de que alguien me observaba, no fue hasta que el intruso carraspeó y me ofreció la mano como todo un caballero. Al comprender quien era me relajé y le tendí la mano. Mi marido me sonrió divertido y relajado al tenerme entre sus brazos una vez más.
Ambos sabíamos que a una ninfa no se le podía apartar de la naturaleza, por muy princesa que fuera. Y eso es lo que soy. Una ninfa.