El mundo Onírico

El mundo onírico se supone que es aquel lugar donde todos los sueños se encuentran. Tantos los que ocurren mientras duermes como los que tienes a lo largo del día. También se podrían agregar los  "deseos" poco posibles que pasen, pero que no pierdes la esperanza de que "quizás algún día..."
Pues basándome en esa primicia yo puedo decir que me he pasado los últimos 25 años de mi vida soñando. Soy una gran oniriciencia de ése fantástico y perfecto mundo, pero en lo que lleva de años me he dado cuenta que ése lugar tiene una fecha límite y que cuando llegas has de salir...



Recuerdo que hace un par de años le dije a una amiga (de ese entonces) que podía soñar cualquier cosa, que no estaba mal fantasear con que su amor le quería, y mucho menos desear cualquier chorrada. Siempre y cuando ella fuera consciente que simplemente era una "fantasía", le estaba dando como un permiso para que pudiera ser feliz al menos en su mente. Todo eso vino porque la veía muy triste y como para mi fantasear era algo natural, no vi nada malo en que lo hiciera. Si lo hizo o no, ya no lo sé, pero yo le ofrecí esa oportunidad. Le di la posibilidad de abstraerse a un mundo ilusorio, donde las trabas que pudiera tener en la vida real no existieran.

En ese momento fui consciente lo muy importante que era "ese" mundo para mi, porque me daba la posibilidad de aislarme de un mundo en que no estaba contenta. O al menos no era el lugar idílico que a mi me gustaría estar. Obviamente a lo largo de los años las imágenes o las historias que se iban metiendo en mi cabeza iban cambiando. Muchas de ésas las he terminado volviendo historias, otras simplemente las mantengo fuertemente ocultas. Y eso no quiere decir que me avergüence de ellas, más bien simplemente son sucesos que por equis motivos no ocurrirán jamás, debido a mi condición de humana o simplemente porque son tan remotas que sería catalogado como "milagro".
A decir verdad siempre me he aislado en ese lugar, independiente de donde esté. Me ponía música y podía dejar de ver el mundo... era un momento que esperaba cada día como agua para un sediento.

Durante muchos años he estado evadiéndome en estos momentos, pero me he dado cuenta que cuando algo relacionado con esos sueños me está ocurriendo de verdad (encontrar pareja, trabajo...) mi imaginación se apaga. Hace off y no la logro encender a menos que me esfuerce en ello.
Algo que antes me salía natural, ahora lo tengo que obligar... realmente hasta hace unos días no me había puesto analizar éste sucesos, porque no me sentía capaz de enfrentar algunas cosas obvias.

Soy adulta. Ya no puedo ocultarme en un mundo idílico y no porque me deje de parecer el idóneo, simplemente porque ahora me doy cuenta que no necesito irme ahí. No necesito pensar que mi vida puede ser mejor, porque puedo hacer que sea mejor... está en mi mano que eso que quiero ocurra.
También porque son sueños infantiles, sueños que intentan reforzar mi baja autoestima o imágenes que quieren fortalecer aquello que soy, pero que no me creo... no sé si me explico, es algo complicado.

Mi mundo onírico es aquel lugar donde soy perfecta, donde todo lo que quiero ocurre o lo que me gustaría que ocurriera, o simplemente ideas que me hacen desconectar de mi realidad y puedo estar feliz. Esto como escritora me ha ido muy bien, al no tener el maldito filtro puedo gozar de la fantasía, pero claro... cuando notas que esa parte de ti comienza a desaparecer sientes cierta añoranza, pero supongo que es algo que hay que aceptar... no sé, ¿tú que piensas?

Comentarios

  1. Es bueno que hayas encontrado tu felicidad en la realidad y no en las fantasías. Hay personas que viven de la fantasía durante toda la vida, aunque creo que hay diferencia entre vivir de la fantasía y ser una soñadora. Quizás por eso te cuesta imaginarlo, porque tienes la realidad y ya no necesitas la fantasía. Aunque espero que eso no afecte tu imaginación (?).

    Alguna vez había leído que los al madurar —adquirir responsabilidades, entre otras cosas de la adultez—, las personas usan en mayor medida el hemisferio izquierdo, el de la lógica, y van dejando mucho más de lado el hemisferio derecho que el creativo, sentimental e intuitivo —de ahí que los niños piensen cosas ilógicas con tanta facilidad y que al adulto le cueste—. No sé, a mi me parece que es algo que se refuerza día con día que uno se ejercita en ese aspecto.

    Aunque tú muchas veces has contado que te basabas en ti para hacer el protagonismo de tus historias, bien puede ser hora de que desligues de ti a tus personajes en las fantasías y les de una identidad propia, como si fueran tus amigos imaginarios, tal y como dice Ian Rankin, que dice que los escritores son niños que se niegan a crecer, y juegan juegos con sus amigos imaginarios, que no son otros que sus personajes.

    Espero que pase o que le des una vuelta de tuerca a esto, que siempre hay que verle el lado bueno a las cosas también <3 ¡Cuidate!

    Bye!

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    1. No sabía lo del hemisferio, aunque si que tiene su parte de lógica. Aunque tampoco creo que uno cuando crezca la pierde, más bien se olvida porque es menos útil porque de las fantasías uno no vive. Pero bueno... yo creo que hay que tener un poquito de las dos cosas.
      Me encanta que me hagas ver cosas diferentes de lo que yo mismo día. Siempre es un placer leerte :D
      cuídate <3

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