Día 21: Un comienzo

Estoy de mucho mejor ánimo y ahora las ideas ya me comienza a burbujear en el cerebro, pero justamente la que toca hoy es un poco complicada. Ya sabes que me corta mucho el rollo que me obliguen a empezar un relato con una idea ya hecha, pero bueno... después de darle un poco al coco creo que he encontrado una idea que podría estar bastante bien.
Sí, será algo triste y depresiva porque cuando se ha de empezar con
"Pero ese no era el final..." algo no muy bueno debió pasar.
Así que avisado estás...






Un comienzo
Pero ese no era el final para nosotros. Se repetía mientras veía como enterraban su ataúd.
Los ojos se le humedecían. una tela fina de lágrimas le impedía ver como terminaban de ocultar el cuerpo sin vida del quien fue su marido tan sólo por un par de horas. Quiso contener las lágrimas, pero cuando el agujero quedó tapado por completo rompió a llorar. Mientras lloraba sin consuelo recordó todo...

Le habían cambiado de planta en un abrir y cerrar de ojos. No sabía con que se iba a enfrentar, pero no esperaba que él fuera un moribundo. Durante sus años como doctora había visto mucha gente muriéndose, pero de todos él era el quien mejor se encontraba. Por eso, cuando le contó su historia, cuando escuchó sus deseos no se lo pensó ni dos veces. Sabía que era un error, porque no debía involucrarse con sus pacientes, pero él se iba a morir, por eso ese mismo día se casaron. Nadie estuvo de acuerdo, pero se sintió feliz al estar junto a él y ver como se iba desvaneciendo poco a poco. Al menos no se iba a ir solo.

Todos se marcharon de cementerio, pero tan sólo se quedó ella. Mirando la tumba de su difunto marido y tomando la decisión de que iba a invertir toda su vida en salvar a más pacientes, en investigar esa enfermedad y evitar que cientos de personas murieran como lo hizo el. Aunque había tenido suerte, porque después de todo su ángel había ido con él... a partir de ese día, sería el ángel de los moribundos. Todo por él.