R.F # 3 : Frío

Azui! (Rifeño)
¿Qué tal? Sigo igual que antes, pero bueno... tampoco espero que en un par de horas se me quite el dolor de estómago. Es una caca no estar al 100% pero es lo que hay. No me quejaré mucho.

Antes de decir lo del reto y lo demás quiero hacer un poco de spam simpático. ¿Por qué no? Me he hecho un twiter y suelo escribir cosas absurdas la mayoría de veces, realmente es muy divertido porque no requiere mucha concentración y son cosas tontas que se me ocurren. Si quieres seguirme mi nick es @KathHartfiel.
Aquí acaba el spam...

Como dije anteriormente (en otra entrada) me voy a poner al día con los retos y ésta vez toca el de Mia, que como no lo haga me extirpa aquello que se llama los ovarios. Así que sin más retraso allá voy...




He de elegir dos frases y hacer un relato y las que es escogí son:
* Te dije que no te enamoraras de mi.
* No me mires así, odio que lo hagas.

Frío
Sabía que tan sólo hacía falta levantar el teléfono para que él viniera a verla.
Tan sólo debía decir las palabras adecuadas para tenerlo delante, con los brazos abiertos y dispuesto a dejarse la vida por ella. Él era así, siempre estaba cuando más lo necesitaba y nunca exigía más de lo que le daba. Ambos tenían una extraña relación, que al parecer a él le bastaba... pero obviamente a ella no.

Levantó el teléfono, marcó su número y cuando su voz grave atendió dijo tengo frío, y sin esperar a que ella dijera nada más, él cerró la conversación y la dejó con el pitido de fin de llamada. Un poco triste sonrió, se puso la chaqueta y marchó al lugar donde siempre quedaban.

La cafetería estaba vacía, los camareros la miraban con cierto odio pero no se atrevían a decir nada. Quizás fuera porque su rostro descompuesto y triste les daba pena, o porque simplemente el jefe les estaba mirando. A decir verdad no le importaba, tan sólo quería quedarse ahí y esperarle.
La puerta se abrió y apareció, llevaba el cabello desordenado, la camisa medio abierta y la respiración entrecortada. A pesar de que había venido corriendo ella sabía que no estaba preocupado. ¿En qué momento su relación se había vuelto así?¿En qué momento comenzó a necesitarle tanto?¿Cuando fue?

- No me mires así, odio que lo hagas.- dijo él mientras se sentaba delante de ella y se arreglaba el pelo.
- No te estoy mirando de ninguna manera.- gimoteó ella con la cara apoyada en la mesa.
- Puedo imaginarme la cara que pones.- replicó él mientras en señas pedía un café. Los camareros estaban acostumbrados a sus pedidos extraños. Esa cafetería estaba cerca de su trabajo.
- Es tu culpa.- contestó ella sin moverse.- ¿Por qué eres así?
- Te dije que no te enamoraras de mi - le recordó y acarició su cabeza con tristeza.- Soy el único hombre que no puedes tener y lo sabes.
- Te odio.
- Mentirosa.- rió y apartó la mano de su cabeza.

¿En qué momento había pasado a amarlo tanto? No lo sabía y debía comenzar a recordar, pero aquello supondría mucho dolor y aún no estaba preparado para ello...

¿Continuará?