Reto Tahisianos: Paraíso

Koyo! (Edo Nigeria)
¿Qué tal?¿Te han dado chocolate? A mi no. Nada, ni un trocito. Aquí la gente no tiene corazón y se olvida de los solteros. Sniff sniff, me siento marginada del mundo romántico.

Ejem, Ejem... después de mi deprimente introducción diré que seguiré el reto de Tahis, ya sé que terminó pero como comencé a hacerlo tarde haré los que me faltaban. Así que... allá vamos.




He escogido la imagen 1, el bloque B con la frase de inspiración (Con todos los problemas que hay en su vida, la chica consigue sonreír y se propone que a partir de ese día, buscará un motivo por el que valga la pena sonreír a diario) y las palabras que deben salir son: Patinaje /Existencia /Maldición /Grafito /Estable /Barranco /Octavo / Ruina / Busto /Establecimiento.

Paraíso
"Conocí el paraíso, y no quiero volver"
Dije una vez más en una de esas horribles reuniones. Toda la gente me miró con odio y desprecio, pero no me importó. Mi existencia no era tan patética como las de ellos, o al menos no me sentía así. Mi vida no era una ruina por mucho que me hubieran detectado un cáncer avanzado. No me sentía desgraciada, más bien, estaba realmente feliz y satisfecha. Era una gran patinadora olímpica, siempre superaba los octavos de finales más complicados de mi ciudad y llegaba a competir en grandes establecimientos. Era muy feliz además me acababan de dar buenas noticias y al final el médico pronuncio la palabra estable cuando se refería al progreso del tumor Grafito. Sí, le había puesto un nombre de piedra a mi cáncer, porque era del tamaño de ese mineral y después de todo debía convivir con esa pepa en mi busto durante mucho tiempo. Si no hubiera sido porque el patinaje me hacía tener poco pecho, quizás hubiera sido una maldición para mi, pero no era el caso. No quería lanzarme por el barranco como creían mis amigas superficiales.
Además a parte de eso que me hacía muy feliz, había conocido a alguien en la librería del hospital. No sería un gran amor, tampoco un gran amigo, sino una gran inspiración. Mi ídolo, quien me hizo lanzarme al patinaje... conocerlo fue algo mágico, pero aunque él me decía para volver a las pistas al recuperarme, sabía que no iba a volver. Como le dije a los otros enfermos, ya conocí aquel lugar mágico, donde los peluches caían del cielo, donde la adrenalina formaba parte de tu vida y donde todo estaba rodeada de hielo. Era el paraíso. O al menos mi paraíso, me gustó, lo adoré... pero no quiero volver. Quizás todo pase por algo y Grafito, quizás tan sólo sea ese mensaje que me diga que he de parar... por eso, no volveré al paraíso. Nunca más.