R.C #4: Culpable #2
Degemer mad!
¿Cómo estas? Espero que mejor que yo. Aún sigo con el gripazo de la semana pasada, pero al menos tengo menos tos que antes... es un alivio, pero bueno.
Sigo con el reto de mi querida Mia, si quieres pasarte a mirar de que trata adelante. Después de leer que es necesario una segunda parte del reto de Culpable, aquí vengo con esta... ¡Espero que te guste!
Culpable #2
La casa estaba limpia, tanto que parecía que nadie vivía ahí y esa era la intención que tenía. Quería que cuando él llegara pensara que era una esposa fantástica, que a pesar de estar embarazada y con una enorme barriga era capaz de hacer cosas magníficas como esas. Era verdad que una mujer preñada no era una incapacitada, pero su maternidad no había comenzado con bien pie y tampoco seguía muy bien, estaba de seis meses y de gemelos, prácticamente no podía verse los pies y aún faltaba tiempo. Los dos sabían que incluso subir las escaleras a la segunda planta era una tarea complicada para ella, por eso el hecho de haber limpiado todas las habitaciones, baños, salas y cocinas era una tarea increíble y digna de admirar. Deseaba con toda su alma que estuviera feliz de haberse casado con ella, quería que esa noche sintiera que era el hombre más afortunado del planeta. Incluso, si todo salía como ella creía pasarían una noche de sexo salvaje y después... bueno, después llegaría su venganza.
Él llegó más temprano de lo que acostumbraba aquellos días, al abrir la puerta y ver que las luces estaban apagadas se asustó, caminó con rapidez hasta llegar a la cocina donde estaba su esposa, sonriendo, con una camisa suya puesta, el cabello recogido y los labios pintados de rojo pasión. A su lado la mesa puesta, con una cena increíble y dos velas dando un aspecto más romántico a todo. A pesar de que no dijo nada, supo que incluso el suelo estaba encerado. Aquello no podía significar nada bueno, posiblemente le iba a reprochar o incluso pedir algo. Suspiró para sus adentros pero le dio un sonoro beso, le comentó el día y se sentó a comer.
Todo estaba ocurriendo como ella había planeado, su marido se mostraba alerta pero a medida que iba pasando la noche sus barreras se iban cayendo, cuando terminaron de hacer el amor, ella se levantó de la cama, se ducho y salió ya vestida, maquillada y con un pequeño troller arrastrando.
- ¿Dónde vas?- preguntó él sorprendido.
- A mi casa.- contestó ella como si fuera algo obvio.
- ¿Cómo?- le miró incrédulo y riendo.- No seas tonta, ésta es tú casa.
- No, cariño.- sonrió ella divertida.- Es tú casa, bueno ahora.
Sin más le dejó desnudo en la cama, con la boca abierta y sin entender nada.
Antes de salir de la casa, dejó el sobre con los papeles del divorcio ya firmados y una pequeña nota donde ponía que si no firmaba en dos días comenzaría a contar secretos oscuros que tan sólo ella sabía. Habían sido muchos años de matrimonio, estaba segura de que él firmaría incluso antes de aquel plazo. Abrió la puerta y sin mirar atrás se marchó. Tenía que comenzar una nueva vida con sus hijos, todavía no había pensado como harían con la custodia y si le concederían el divorcio al acto, pero al menos ya no estaba atada a él, después de mucho años al fin pudo respirar tranquila.
Sus hijos se movieron dentro de su vientre animándola a que siguiera adelante, a que no se rindiera y que no se arrepintiera, porque aunque hubiera sufrido mucho algo bueno había salido de aquella relación. Esas dos bonitas criaturas
¿Cómo estas? Espero que mejor que yo. Aún sigo con el gripazo de la semana pasada, pero al menos tengo menos tos que antes... es un alivio, pero bueno.
Sigo con el reto de mi querida Mia, si quieres pasarte a mirar de que trata adelante. Después de leer que es necesario una segunda parte del reto de Culpable, aquí vengo con esta... ¡Espero que te guste!
Culpable #2
La casa estaba limpia, tanto que parecía que nadie vivía ahí y esa era la intención que tenía. Quería que cuando él llegara pensara que era una esposa fantástica, que a pesar de estar embarazada y con una enorme barriga era capaz de hacer cosas magníficas como esas. Era verdad que una mujer preñada no era una incapacitada, pero su maternidad no había comenzado con bien pie y tampoco seguía muy bien, estaba de seis meses y de gemelos, prácticamente no podía verse los pies y aún faltaba tiempo. Los dos sabían que incluso subir las escaleras a la segunda planta era una tarea complicada para ella, por eso el hecho de haber limpiado todas las habitaciones, baños, salas y cocinas era una tarea increíble y digna de admirar. Deseaba con toda su alma que estuviera feliz de haberse casado con ella, quería que esa noche sintiera que era el hombre más afortunado del planeta. Incluso, si todo salía como ella creía pasarían una noche de sexo salvaje y después... bueno, después llegaría su venganza.
Él llegó más temprano de lo que acostumbraba aquellos días, al abrir la puerta y ver que las luces estaban apagadas se asustó, caminó con rapidez hasta llegar a la cocina donde estaba su esposa, sonriendo, con una camisa suya puesta, el cabello recogido y los labios pintados de rojo pasión. A su lado la mesa puesta, con una cena increíble y dos velas dando un aspecto más romántico a todo. A pesar de que no dijo nada, supo que incluso el suelo estaba encerado. Aquello no podía significar nada bueno, posiblemente le iba a reprochar o incluso pedir algo. Suspiró para sus adentros pero le dio un sonoro beso, le comentó el día y se sentó a comer.
Todo estaba ocurriendo como ella había planeado, su marido se mostraba alerta pero a medida que iba pasando la noche sus barreras se iban cayendo, cuando terminaron de hacer el amor, ella se levantó de la cama, se ducho y salió ya vestida, maquillada y con un pequeño troller arrastrando.
- ¿Dónde vas?- preguntó él sorprendido.
- A mi casa.- contestó ella como si fuera algo obvio.
- ¿Cómo?- le miró incrédulo y riendo.- No seas tonta, ésta es tú casa.
- No, cariño.- sonrió ella divertida.- Es tú casa, bueno ahora.
Sin más le dejó desnudo en la cama, con la boca abierta y sin entender nada.
Antes de salir de la casa, dejó el sobre con los papeles del divorcio ya firmados y una pequeña nota donde ponía que si no firmaba en dos días comenzaría a contar secretos oscuros que tan sólo ella sabía. Habían sido muchos años de matrimonio, estaba segura de que él firmaría incluso antes de aquel plazo. Abrió la puerta y sin mirar atrás se marchó. Tenía que comenzar una nueva vida con sus hijos, todavía no había pensado como harían con la custodia y si le concederían el divorcio al acto, pero al menos ya no estaba atada a él, después de mucho años al fin pudo respirar tranquila.
Sus hijos se movieron dentro de su vientre animándola a que siguiera adelante, a que no se rindiera y que no se arrepintiera, porque aunque hubiera sufrido mucho algo bueno había salido de aquella relación. Esas dos bonitas criaturas
Oh, pues no me esperaba una continuación de esta... Me ha gustado.
ResponderEliminarTq
Ju ju ya te dije que la continuaría :D
EliminarTQ
Oh, me ha recordado a una propaganda China xD donde él le pide el divorcio y ella hace que se enamoré de él de nuevo y cuando ya lo tiene a sus pies, le firma los papeles y se va xD
ResponderEliminarMe encantó <3
¡Un abrazo!
Ah, si la conozco.. pues mira tu que no pensé en ella cuando la escribí. Me alegra que te guste, pero.
Eliminarun beso