Primera vez
Nótese que estoy muy sexual. No es mi culpa. Estoy en esos días malditos además leyendo a Lena Valentí, así que... emano amor por todos los orificios de mi cuerpo.
Hace unos días comencé otro reto del blog de Tahis y hoy vengo a continuarlo. ¡Sí! Estoy on fire. Ya era hora, después de tanto silencio... no es propio de mi.
Bueno, sin más les dejo con el reto.
Un Cliché: Primera vez
Me miro en el espejo. La chica de reflejo me sonríe avergonzada, tiene las mejillas sonrosadas y los ojos tan brillantes que parece que una estrella se le ha metido dentro. Ésta me mira sin ocultar la alegría de su rostro, baja las manos y aplasta un poco la falda de color beish y arregla el escote de la blusa negra. Los nervios se le notan y se me pegan a mi. Rió avergonzada, es normal que se me peguen. Soy yo. Sonrió a mi reflejo y salgo del baño, preparada para celebrar el año con él.
Me está esperando en su moto negra, parece más nervioso que nunca. Su cabello siempre desordenado esta peinado con cuidado, lleva unos vaqueros negros y una camisa blanca de botones. Está guapo. Me olvidé de respirar cuando me repasa con la mirada. Sonríe y me ofrece la mano. Gustosa se la doy y me bese con sus labios gruesos, cariñosos y llenos de afecto. Noto que su emoción no solo se centra en su cabeza, sino también entre el travieso amigo de sus piernas. Río nerviosa y dejo que me coloque el casco fingiendo no darme cuenta de nada. No soy tonta, sé lo que pasará. Realmente los dos lo sabemos. Hemos esperado tanto para éste día, tanto para poder ser una pareja real. No dejaré que el miedo me invada. Le amo. Sé que tengo quince años, que no sé nada del amor, pero ¿qué más da? La edad no es símbolo de conocimiento, tan sólo es una marca de tiempo.
Al final llegamos a su casa. No hay nadie. Sus padres se fueron de vacaciones y lo dejaron a él solo. Sonrío y le abrazo para consolarle. Todo el mundo dice que es un mal chico, incluso sus padres, pero sé que no es así. Dentro de ese carácter frío y mezquino tiene un corazón dulce y amable. Dejo que después del abrazo me conduzca hasta su habitación. Es mucho más normal de lo que me imaginé. Una cama matrimonial, con sábanas azules, escritorio grande y un armario empotrado. Las paredes están llenas de póster de mujeres en cueros, motos y juegos. Frunzo el ceño molesta. Aunque tengo tetas, no se pueden comparar con las de las mujeres de su sueños. Me siento un poco idiota, yo que me arreglé toda guapa para él. Siento como sus manos se posan en mi mejilla y luego sus labios buscan los míos. Otra vez me olvidé de respirar. Mierda. Quiero seguir con mi enfado infantil pero sus manos ya han comenzado a inspeccionar mi cuerpo. Tengo miedo. ¿Y si no le gusto?¿Y si mis bragas o sujetador le parecen infantil?¿Y si no le excito? Pronto sus manos consiguieron el botón de mi falda y ésta se desliza en mis piernas y cae al suelo. Agilmente logra sacarme la camisa por la cabeza y me quedo en ropa interior. Por primera vez me averguenzo de mi propio cuerpo. Bajo la cabeza y él me sujeta la barbilla para mirarme a los ojos y susurrarme al oído que soy hermosa, que quiere verme a los ojos. Con voz ronca me pide que le desnude. A diferencia de él soy torpe y como mucho habré desnudado a un Ken en mi vida. Logró quitarle la camisa y gimo cuando veo su pecho desnudo, con sus abdominales formándose, el inicio de los pelos en su ombligo. Trago saliva. Las manos se me mueven sola hasta llegar al cinturón de sus pantalones y quitárselo. El sonido de la tela rozar con sus piernas y caer al suelo hace que suelte un gemido. Sus boxer negros se le ajustan al cuerpo y puedo ver como su erección sobresale. Me muerdo el labio y levanto los ojos, quiero pedirle permiso. Él sonríe y cuando le bajo los boxer gime él. Gruñe antes de empujarme con suavidad a la cama y besarme, nuevamente con agilidad me quita las bragas, pero le cuesta un poco más el sujetador. Le aparto las manos nerviosa y me lo quito. Al ver mis adolescentes pechos, se vuelve loco y creo que yo también...
Estoy sumida en una extraña sensación, como si todos mis músculos fueran gelatina y al mismo tiempo como si hubiera corrido una maratón. A mi lado escucho la respiración pesada de él, su sonrisa me transmite tranquilidad. Sonrió, me acercó a su pecho cálido y cierro los ojos.
No sé las primeras veces de los demás, pero la mía fue mágica. Muy muy mágica.
Hace unos días comencé otro reto del blog de Tahis y hoy vengo a continuarlo. ¡Sí! Estoy on fire. Ya era hora, después de tanto silencio... no es propio de mi.
Bueno, sin más les dejo con el reto.
Un Cliché: Primera vez
Me miro en el espejo. La chica de reflejo me sonríe avergonzada, tiene las mejillas sonrosadas y los ojos tan brillantes que parece que una estrella se le ha metido dentro. Ésta me mira sin ocultar la alegría de su rostro, baja las manos y aplasta un poco la falda de color beish y arregla el escote de la blusa negra. Los nervios se le notan y se me pegan a mi. Rió avergonzada, es normal que se me peguen. Soy yo. Sonrió a mi reflejo y salgo del baño, preparada para celebrar el año con él.
Me está esperando en su moto negra, parece más nervioso que nunca. Su cabello siempre desordenado esta peinado con cuidado, lleva unos vaqueros negros y una camisa blanca de botones. Está guapo. Me olvidé de respirar cuando me repasa con la mirada. Sonríe y me ofrece la mano. Gustosa se la doy y me bese con sus labios gruesos, cariñosos y llenos de afecto. Noto que su emoción no solo se centra en su cabeza, sino también entre el travieso amigo de sus piernas. Río nerviosa y dejo que me coloque el casco fingiendo no darme cuenta de nada. No soy tonta, sé lo que pasará. Realmente los dos lo sabemos. Hemos esperado tanto para éste día, tanto para poder ser una pareja real. No dejaré que el miedo me invada. Le amo. Sé que tengo quince años, que no sé nada del amor, pero ¿qué más da? La edad no es símbolo de conocimiento, tan sólo es una marca de tiempo.
Al final llegamos a su casa. No hay nadie. Sus padres se fueron de vacaciones y lo dejaron a él solo. Sonrío y le abrazo para consolarle. Todo el mundo dice que es un mal chico, incluso sus padres, pero sé que no es así. Dentro de ese carácter frío y mezquino tiene un corazón dulce y amable. Dejo que después del abrazo me conduzca hasta su habitación. Es mucho más normal de lo que me imaginé. Una cama matrimonial, con sábanas azules, escritorio grande y un armario empotrado. Las paredes están llenas de póster de mujeres en cueros, motos y juegos. Frunzo el ceño molesta. Aunque tengo tetas, no se pueden comparar con las de las mujeres de su sueños. Me siento un poco idiota, yo que me arreglé toda guapa para él. Siento como sus manos se posan en mi mejilla y luego sus labios buscan los míos. Otra vez me olvidé de respirar. Mierda. Quiero seguir con mi enfado infantil pero sus manos ya han comenzado a inspeccionar mi cuerpo. Tengo miedo. ¿Y si no le gusto?¿Y si mis bragas o sujetador le parecen infantil?¿Y si no le excito? Pronto sus manos consiguieron el botón de mi falda y ésta se desliza en mis piernas y cae al suelo. Agilmente logra sacarme la camisa por la cabeza y me quedo en ropa interior. Por primera vez me averguenzo de mi propio cuerpo. Bajo la cabeza y él me sujeta la barbilla para mirarme a los ojos y susurrarme al oído que soy hermosa, que quiere verme a los ojos. Con voz ronca me pide que le desnude. A diferencia de él soy torpe y como mucho habré desnudado a un Ken en mi vida. Logró quitarle la camisa y gimo cuando veo su pecho desnudo, con sus abdominales formándose, el inicio de los pelos en su ombligo. Trago saliva. Las manos se me mueven sola hasta llegar al cinturón de sus pantalones y quitárselo. El sonido de la tela rozar con sus piernas y caer al suelo hace que suelte un gemido. Sus boxer negros se le ajustan al cuerpo y puedo ver como su erección sobresale. Me muerdo el labio y levanto los ojos, quiero pedirle permiso. Él sonríe y cuando le bajo los boxer gime él. Gruñe antes de empujarme con suavidad a la cama y besarme, nuevamente con agilidad me quita las bragas, pero le cuesta un poco más el sujetador. Le aparto las manos nerviosa y me lo quito. Al ver mis adolescentes pechos, se vuelve loco y creo que yo también...
Estoy sumida en una extraña sensación, como si todos mis músculos fueran gelatina y al mismo tiempo como si hubiera corrido una maratón. A mi lado escucho la respiración pesada de él, su sonrisa me transmite tranquilidad. Sonrió, me acercó a su pecho cálido y cierro los ojos.
No sé las primeras veces de los demás, pero la mía fue mágica. Muy muy mágica.
¡Me ha encantando! Tan tierno y novato a la vez <33 Me anoto frase 'La edad no es símbolo de conocimiento, tan sólo es una marca de tiempo.' Me fascinó esa.
ResponderEliminar¡Hermoso!
¡Cuidate!
Bye!
¡Sii a mi también me gusto esa frase!
EliminarSi, es un cliché la primera vez, así que... ¿Por qué no escribirla?
:D
saludoss