Un trozo de mi pastel: España


Túturu~

Comenzamos la semana y me he propuesto cumplir todos mis retos (al menos los semanales) y así pasar un poco el tiempo que tengo. Pronto te podré contar algo MUY importante, aún es pronto aunque me muero de ganas de gritarlo a los 4 vientos, pero tengo que ser paciente.
Una de las cosas que quiero hacer es ponerme al día con varias historias, con el blog, pintar, la novela y estudiar algunos idiomas. No sé si podré con todo, pero el día tiene 24h y por los momentos las tengo todas libres. Ojalá pueda con todo. ¡Dame ánimos!

Hoy quiero venir con la historia de "Un trozo de mi pastel", si no recuerda mal lo primero que escribí fue mis años en Venezuela, ahora toca un poco de mis inicios en España, mis sentimientos y demás.
Ahora voy para allá...


España
En el año 1998 mi madre conoció a E, el amor de su vida quien le hizo cruzar el mar Atlántico e irse a vivir a una pequeña isla en España, llamada Mallorca. Para ese entonces yo sólo tenía 7 años, era una niña bastante normal, o eso creía en ese entonces. En el año 1999 mi madre decidió mudarse y llevarnos a mi hermano mayor y a mi a Mallorca. Recuerdo la primera vez que entré a lo que sería mi nueva casa. El recibidor era oscuro, pero había una ventana que daba a un traga luz muy angosto, en el techo entrando a una enorme sala con unos muebles marrón tierra, mesas redondas y dos peceras había un dragón de papel que me rugía feliz. La sala daba a dos pasillos, uno que daría a uno con enormes vidrieras y dos habitaciones pequeñas, al final de éste una habitación, baño y casi a continuación unas escaleras aún más oscuras que daban a otra habitación, dos trasteros y una cocina antigua. Los demás espacios de la casa eran grandes, con puertas de madera enormes y brillantes, habitaciones grandes y oscuras... a decir verdad mi recuerdo de pequeña de esa casa era terrorífico. Ahora de adulto reconozco que era una casa preciosa, con encanto y con una magia que ahora no se encuentra. Estaba situada en el casco antiguo de palma, así que estaba rodeado de calles angostas, oscuras y con grandes tejados barrocos. Una delicia para la vista.

En ese hogar estuve hasta los 14 años. Ahí aprendí muchas cosas, tantas que hasta ahora no me había dado cuenta. En esa casa descubrí que carecía de autoestima, que mi hermano mayor se pasaba conmigo y que mi madre giraba la cara a otro lado. En ese entonces pensé que la culpa era mía, que el mundo estaba bien y que la que estaba mal era yo. En el colegio no era especialmente lista, más bien con notas bajas y que nadie prestaría atención. Ahora se llama aprendizaje lento, en mis años de educación nos llamaban "tonta". En el colegio también se metían conmigo, ahora a lo que me hacían se llama "bullying", en mis tiempos eran "cosas de niños".
Recuerdo llegar a casa llorando porque un compañero me había quitado el estuche, que se habían reído de mi o que mis amigas me ignoraban. Y en mi casa me regañaban a mi. No entendía el motivo, ahora sé que era para hacerme más fuerte. Algo que los psicólogos actualmente dicen que no es de mucha ayuda, pero a mi... me ayudó.

Para ese entonces comencé a escribir, a gustarme la animación japonesa, ha aislarme de la realidad imaginándome un lugar donde yo era especial, que alguien vendría a salvarme o que conocería al amor de mi vida. En mi cabeza me imaginé que Nuriko (un personaje de Fushigi Yugi) me animaba a hacer cosas, me hacía ser competitiva y mejor en cosas de la vida diaria: hacer la cama rápido, a vestirme rápido... etc. En el 2000 nació mi hermana A, fue algo impresionante y raro. Me sentí bastante desplazada pero de forma automática comencé a hacerme cargo de ella, a ser la mejor hermana mayor.... Del 2000 al 2003 seguí evolucionando en mi mundo imaginario, mientras que en mi casa y el colegio seguía siendo invisible. Entre tanto y tanto recibía charlas de subir la autoestima, a mejorar en cosas que creía que no era buena y mejorar en cosas que era buena de forma natural.
En el 2003 nació L, mi hermana pequeña y la que hizo que mejorara aún más en todas las tareas domésticas, en ser la hermana perfecta y la hija ideal. En todo esto jamás pensé en mi, en mis sentimientos o en lo que realmente quería. E seguía con sus charlas sobre la autoestima, yo seguía llorando y sin entender, pero poco a poco me hacía más fuerte.

A los 15 años comencé a tener amigas de verdad, a sentirme alguien aunque no fuera brillante, inteligente o lista como mi hermano mayor, o divertida como mis hermanas pequeñas. Comencé a abrir mi mundo, a ser quien soy y a mejorar poco a poco.
A los 17 comencé a estudiar lo que prácticamente me obligaron a estudiar. Hice diversificación en los últimos dos años de instituto, una clase dónde ayudan a la gente que quiere pero no puede sacarse la secundaria. Como estaba ahí decían que jamás haría el bachillerato, así que estudié una formación profesional. Me saqué el título con mucho esfuerzo y lágrimas, pero seguí evolucionando, aprendiendo de mi misma, sabiendo lo que quería e intentando entender a mi familia.

En todos esos años seguía fantaseando en que conocería el amor de mi vida, que sería la mujer ideal y que todo el mundo me quería. Ahí comencé a idear a mi hombre ideal Edward, Christian, Jack... o un nombre que en ese periodo de mi vida que me gustara. En todas y cada una de mis fantasías era un médico, un hombre guapo, sexy y que me defendía de unas fuerzas extrañas.
Obviamente todo eso era falta de amor, falta de autoestima  y que me sentía vacía e insegura por dentro. Todo esto no lo supe hasta más adelante...

Y a partir de los 20 comencé a entender todo, a mostrarme tal como soy, a demostrar lo que realmente quería, sentía o necesitaba. Obviamente aún tengo mucho camino por delante, pero comienzo a entender mi carácter, mi ansiedad... y ante todo comienzo a entenderme a mi misma
Quizás mi pastel no sea de lo más dulce, pero con un poco de nata o chocolate líquido sabe mucho mejor.

Comentarios

  1. Que bonita y agradable etapa de cambios, nostalgia, alegrías, y sorpresas sobre los comienzos de tu vida en España. Seguramente que todo sera mucho mas mejor en los años venideros. !Ánimos!
    Un abrazo!

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    1. Si, es una evolución lenta y larga... pero estará todo bien. ¡Gracias!
      Un besito

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