RCF #9:Pérdida #2

Koali! (Bremnian)
Llevo posponiendo ésta entrada durante días, incluso me he sentado delante de la pantalla un par de veces pero no podía escribir nada. Ni modo. Quizás sea por el cansancio o que no tengo inspiración divina... pero vamos a ver que me sale hoy.

Siguiendo con los retos de Mia, también haré el capítulo dos de mi nueva historia nueva, aunque dudo que sea muy larga.
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Y la frase que toca hoy es  "Recogieron las últimas cajas, ya no quedaba nada" y  "No podía hacerlo, no soportaba tener que tomar esa decisión"




Pérdida #2
La casa parecía sacada de una película de terror: todos los muebles estaban cubiertos por sábanas blancas, por todas partes habían cajas cerradas y un olor a desinfectado le quemaba la nariz a cualquier persona que estuviera cerca. O al menos eso creía Ria, desde que se enteró que estaba embarazada era muy sensible a los aromas, incluso colonias que antes le gustaban ahora lo aborrecía. Era algo que odiaba, pero era un gaje del embhuearazo, debía acostumbrarse aunque soportar aquello iba a ser más sencillo de lo que debía aguantar en ese momento. Su hogar, el lugar donde había sido la patata casada más feliz del mundo ahora era un hueco lleno de recuerdos, y unos muy dolorosos, demasiados para lidiar con ellos ella sola.

- ¡Ria el camión ya está! - gritó su madre fuera de la casa.
- ¡Ahora voy! - respondió y dio un amargo suspiro.

Cogió una mochila de uno de los sofás y se la enganchó al hombro, después volvió a mirar las habitaciones vacías y la sala para luego marcharse de la casa. Al salir tanto sus padres como unos amigos la miraban con rostro preocupado, luego sus ojos se posaron en un conjunto de cajas con la letras E marcada en grande. Ria siguió sus ojos y se quedó mirando aquellos cuadrados llenos de objetos de Ethan, sabía que debía hacerlo algo con aquello, pero no podía, no soportaba tener que tomar esa decisión ella sola. Le dolía en lo más profundo del alma.
No fue consciente cuando Edna se colocó a su lado y le cogió de la mano dándole apoyo. En ese momento recordó que ella no era la única que había perdido a alguien. Esa mujer perdió a su hijo, por lo que quizás podía repartir el dolor. Miró a su suegra y sonrieron, sin decir nada más recogieron esas últimas cajas y así ya no quedaba nada. Ahora tan sólo debía comenzar de nuevo en otro lugar, en una casa quizás un poco más pequeña pero espaciosa. Ahora no sólo era una persona, sino dos.

Después de tener todo colocado en el loft, decidió tomarse un pequeño descanso y pensar en que haría a partir de ese momento. Desde que murió Ethan no había pensado más que en su dolor, en cómo sobreviviría ella sola y como se lo montaría, pero realmente no había pensado en cómo hacer las cosas, y ya no tenía a un apuesto marido que le ayudaría. Ahora le tocaba a ella hacerlo todo, o al menos eso pensaba hasta que el timbre sonó y un apuesto hombre le saludó con picardía, decidiendo casi todo por ella.