Gym para escritores: Arrepentirse

Túturu~
¡El frío ha llegado! No lo suficiente para sacar la ropa de invierno pero lo bastante para que el ventilador solo lo encienda cuando estoy sofocada (cosas del embarazo) y cuando mi Señor M está muriéndose de calor. En general...¡es maravilloso! Odio el calor y éste verano lo he pasado horrible, así que poder disfrutar de ponerme zapatos con calcetines...¡es una gozada!
En fin, espero que en tu lado del planeta el tiempo esté a tu gusto y si no...¡animo! Pronto llegará. Sí, hoy me he levantado con mucho humor...

Después de bastante tiempo out con éste reto vuelvo con el de Gym para escritores. Pincha AQUÍ y te llevará al maravilloso blog de Roxana donde ella te explica bien bien el reto. Yo solo te diré que ella pone unas reglas y tu debes obedecer... es así de simple.
En el reto que estoy debo escribir inspirándome en una frase que es ésta " Y debo decir, que confió plenamente en la capacidad de haberte conocido" Julio Cortázar

¡Allá voy!

Arrepentirse
Todo se había ido a la mierda.
Ambos lo sabían, lo sentía en cada fibra de su piel, lo olían en el aire y lo veían en los ojos curiosos de las personas que los observaban. Más de una vez uno quiso huir, gritar a pleno pulmón que era una mentira, una broma de mal gusto, pero el otro lo acorralaba entre besos y dulces palabras.

- Jamás dudé que tu eras mi destino así que no lo hagas tú tampoco.- le solía tranquilizar cuando él comenzaba a echarse para atrás.

A pesar que el amor, ahora era libre, sin cargas, sin propietarios y sin obligaciones, seguía siendo algo único y honrado para las mujeres y hombres. Los homosexuales ya no se les consideraban personas. Eran como diablos o incluso peor, no existían. Por eso habían huido. Habían cogido lo poco que tenían y se habían refugiado en el pueblo, pero a esas alturas sus rostros ya estaban en todos los medios. Antes habían sido personas con grandes puestos e historia, ahora ni existían para el mundo. Aunque eso ahora ya no importaba, al menos Gioavanni se decía una y otra vez mientras observaba a Marco mirar a todo el mundo atemorizado.

- Quizás... podríamos volver.- dijo por vez primera desde que abandonaron el mundo hetero.

Marco levantó la mirada y por primera vez fue él quien lo consoló.
Le dijo que no dudaba de su amor y que jamás lo haría. Dicho eso sonrió y le abrazó, prometiéndole que esa vez sería él el fuerte.