Mi novio fantasma: Capítulo 3

Túturu~
Cómo se nota que terminé de escribir ésta historia hace bastante tiempo,porque si no fuera así posiblemente no estaría olvidándome de publicar los capítulos. Pero bueno, como dije en su momento ésta historia será más corta que las demás.
Sin más te dejo con el capítulo y que disfrutes.

Capítulo 1 - Capítulo 2


Capítulo 3


Tenía que hacer desaparecer a Quim.
Vivir con alguien que no lo está era desesperante. No había una línea dónde lo decente o decoroso estuviera marcada. No sabía que palabras usar, como comportarme y tampoco como tratar a alguien que había olvidado ser humano. Más de una vez me desperté entre sudor imaginando la forma en que murió, la manera en que sufrió y lo que le habrá llevado a estar en aquel coche el mismo día que su corazón dejó de latir. Una de esas tantas veces me armé de valor y le pregunté cómo había muerto, qué día y por qué se había quedado encadenado al coche, pero siempre respondía con un seco “no sé” y se evaporaba dejándome días sin verlo. Esas pequeñas pausas de la existencia de Quim hacía que me volviera a sentir humana, una persona normal, pero cuando entraba a casa y no lo veía flotar por la sala, sentía que algo estaba mal con mi vida.
Casi sin haberme dado cuenta había terminado cogiendo una dependencia aquel ser sin materia, aquel hombre que me susurraba bonitas melodías al oído, quien me alertaba y recordaba en ponerme el cinturón y quien incluso, alejaba a hombres indeseados de mi vida. Más de una vez me arruinó una cita, más de una vez asustó a una posible pareja y más de una vez, me acarició con su trasparente mano la cabeza.
Comenzaba a sentir que aquel ser sin vida era más importante para mi que cualquier otra persona jamás en mi vida, y eso no podía ser bueno. Ni para mi, ni para él. Por eso tenía que hacer que se marchara, debía hacer que dejara éste mundo y poder recuperar la normalidad de mi vida, aunque ello supusiera alejarme de la única persona que parecía que realmente le importaba.

- ¿Tienes alguna pertenencia del difunto?- me preguntó una mujer vieja, con largos cabellos grises, piel tostada y una expresión de grande sabiduría.

- Mi coche.- dije sin más.- Está a fuera.- le comenté.

- Muéstrame las llaves.- extendió su mano grande y arrugada, cuando las deposité en su manos pegó un sobresalto y me miró con dulzura.- Le quieres...

Su palabra no sonó de forma acusadora ni mucho menos de reproche, tan sólo dijo aquello que ni yo misma podía alcanzar a decir. Con un sólo objeto había adivinado lo que durante meses estaba intentando ocultar.
Asentí avergonzada e intentando contener las lágrimas. Le quería, tanto que alejarme de él era mucho más doloroso de lo que jamás había pensado, pero era algo bueno para los dos. Él debía descansar, volver al lugar donde pertenecía y seguir con el camino que le tocaba...
Mientras volvía a mi apartamento, recordando todas las instrucciones que la mujer me había dicho, comencé a creer en la reencarnación, me imaginé que en un futuro me volvería a encontrar con Quim, que sería un hombre de carne y huesos, un hombre que podría tocar, besar y sentir. Cuando llegué a mi casa, tenía las mejillas empapadas y no lograba controlar los gemidos que salían de mi boca.

- No tienes por que hacerlo...- me susurró su voz, intentando consolarme con esa mano que no me tocaba. Sin verlo sentí su dolor, su frustración e impotencia.

- ¿Como puedo amarte sin... a penar conocerte?- le pregunté entre gemidos y lamentos.

- ¿Quieres conocerme?- su voz sonó firme, temerosa e incluso algo insegura.- ¿De verdad quieres saberlo?

- Si.

Nunca en mi vida había estado tan segura de algo. Quería conocer todo de Quim, quería ver su realidad, su mundo, su existencia... sería duro, porque después tendría que decirle adiós, pero eso era lo mejor. Decir adiós era la peor parte del proceso, pero la más necesaria para los dos.