Reto Juevero: Perdida

Goeie dei! (Frisón)
¿Qué tal llevas el jueves? Yo he tenido mi día libre y me lo he pasado limpiando. Lo sé, vaya manera de pasar un día así ¿no? Al menos dormí bastante y descansé lo suficiente. Me levanté con los ojos hinchados de dormir... ¡pero que gusto!

Obviamente como dice el título me he unido a otro reto. Sí, debería continuar mi historia pero... poco a poco ¿vale? Sin presiones.
Éste se llama Reto Juevero y como su nombre dice se escribe el Jueves y la autora va diciendo de que escribir. Esta semana toca sobre una "pérdida", tanto de una persona, de algo o una experiencia y yo... hace unos días tuve un sueño que me dejó con una extraña sensación ¿y sabes qué? ¡Lo escribiré!
Espero que te guste tanto como a mi al soñarlo.




Perdida
El centro comercial estaba repleto de gente. Todos y cada uno de ellos tenían bolsas en las manos, hablan en voz alta y se reían de forma grosera. A ella realmente no le importaba, pero le molesta un poco tener que enterarse de la vida ajena cuando no le interesa. Aún con eso, disfrutó de su momento de distracción. No todos los días podía permitirse estar sin hacer nada, o simplemente paseando sin ningún rumbo.
A medias escuchaba como sus compañeras le decían algo, pero realmente no le interesaba en absoluto. Seguramente estarían hablando de hombres o trabajo. Ese era el tipo de conversación que solían tener. Adoraba a sus amigas, pero en ese momento de su vida le parecía algo tan sumamente aburrido... necesitaba algo de acción. Alguna aventura, cualquier cosa para hacer su vida más emocionante. Tenía la sensación de que aún no había ocurrido aquello para lo que estaba destinada y se estaba comenzando a impacientar de esperar. Dicen que lo bueno se hace esperar, pero a ella ya muchas cosas malas le han pasado.

Después de hacer unas compras, se detuvieron para tomar un café cuando se escuchó una explosión, al momento cientos de gritos y gente corriendo hacia ellas con una expresión de terror. Los gritos comenzaron a invadir todo el recinto, las carreras y los accidentes no tardaron en llegar. Por simple inercia ellas también los imitaron, corrieron y corrieron hasta que otra explosión más sonó y una onda de expansión las empujo sobre una cristalera. Ésta se rompió cuando ellas impactaron, haciendo que los cristales les hicieran pequeñas heridas, pero no lo suficiente graves para dejarlas tiradas en el suelo. Ella se levantó rápidamente al ver como un mueble se aproximaba a dos niños que lloraban en una esquina. Sin pensarlo corrió hasta ellos, los cogió y salió por la misma cristalera que estaba rota. Gracias a Dios ésta daba a la calle, por lo que pronto comenzaron a ser atendidos por policías y médicos que habían llegado a la escena del crimen.
Mientras era atendida escuchó como unas personas decían algo sobre una niña, de como ésta había ocasionado todo y que la estaban buscando. Algo en su pecho se removió al imaginarse a una criatura sola, asustada y viendo como cosas extrañas pasaban por su culpa. Sin escuchar a los policías y guardias volvió a entrar al centro comercial, corrió entre la gente y comenzó a buscar a la niña. No sabía como era, tampoco si la encontraría pero tenía la sensación que lo sabría. ¿Por qué? No podría decirlo, pero su intuición le decía que sería así, por lo que por primera vez en su vida la siguió.

Llevaba un rato corriendo, apartando muebles, personas y restos de mesas rotas cuando se encontró un pasillo a oscuras, vacío y con una sombra temblorosa al final. Antes de entrar miró a los lados para asegurarse de que no la observaban, cuando se sintió segura dio un paso con cautela y se acercó a la temblorosa sombra. Delante de ella tenía a una niña de no más de cinco o seis años, pequeña, de constitución delgada y delicada, con un cabello rubio y rizado, ojos grandes verdes y la carita redonda y manchada de polvo. La ropita que llevaba al igual que ella estaba manchada, rota y algo mojada, su cabello enmarañado y sus manitas con pequeñas heridas. Al oír como alguien se acercaba la cogió en brazos, se la llevó al interior de un baño y esperó a que la gente saliera.
Al pasar un rato se quedó pensando... ¿qué iba hacer ahora?


¿Continuará?