R.C #7: Una vez más
¿Cómo va? Espero que mejor que yo. He tenido un bloqueo de inspiración increíble... llevo dos días queriendo escribir una cosa, pero ni modo... así que me he puesto a pensar y terminé sacando otra cosa, que dista mucho a lo que tenía planeado pero bueno. Se supone que voy a escribir cada día ( si, es uno de mis propósitos para año nuevo, pero eso es otro tema...) y por cojones tengo que hacerlo hoy. No me iré a dormir sin publicar algo...
Seguiré con el reto de mi querida Mia. Toca inspirarse con la canción de 90 minutos de India Martinez, además ha agregado que debe ser una historia romántica y terminar mal. Vamos elementos que se mueven a mi favor. ¿Quieres leer? ¡Adelante!
Una vez más
Nunca se quedaba a dormir. Siempre al terminar, se vestía en silencio, recogía sus cosas y se marchaba tan sigilosa como había llegado. Jamás le pedía por más tiempo, jamás le enviaba una mirada melancólica y jamás se quejaba de que él le exigiera un poco más. Era tan dócil y sumisa que a veces creía que actuaba así para él. Como si siguiera un rol anteriormente marcado. Al principio lo creía así, pero con el paso del tiempo y al haber probado diferentes cosas, fue comprendiendo que así era su carácter. Una mujer sencilla, tranquila y complaciente, aunque discreta y callada. Más de una vez le había pedido que hablara sobre ella, que compartiera parte de su vida, puesto que su cuerpo él se conocía cada rincón, y todas y cada una de ellas, ella simplemente sonreía y negaba con la cabeza o le distraía con un beso. No uno reprobatorio o molesto, sino uno que prometía historias, relatos pero en otro momento. O al menos eso se había comenzado a creer.
Enea era un ángel con alas negras. Marcado con la bendición divina pero recluido y apartado del cielo. Debía hacer la vida que le tocaba, cumplir su misión y acatar las órdenes, pero siempre relegada a otro estátus. Quizás por eso le conoció a él, aunque tampoco es que el fuera de la clase de personas que asistía a esos lugares, simplemente lo probó y le gustó. Pero eso porque la conoció a ella.
Nunca se quedaba a dormir por eso al verla todavía acostada en la cama, con su larga cabellera extendida en la almohada, con los ojos cerrados y respirando tranquilamente, sintió que al fin su ángel había bajado sus defensas. Le estaba dejando entrar a su pequeño mundo, a su pequeño paraíso del pecado. Sabía que aquello no iría a ninguna parte, no tenían nada y ella estaba ahí porque él le pagaba. No había más relación que la de una prostituta y un cliente... pero ella se había quedado a dormir. Y eso lo decía todo... ¿o no?
¡Hola! Y la verdad, es que a mi me parece que da más para un final feliz que nada, pues, si ella hubiese desaparecido, me daba la sensación de que acabarían mal, pero quedándose cuando siempre se va, tira para mejorar la situación.
ResponderEliminarDe todas formas, me encantó, es raro ver este tipo de cuentos <3
¡Un abrazo!
Cierto, no te lo negaré... pero no se sabe si acaban juntos o no, así que en cierto modo es triste. Me alegro que te haya gustado :D
EliminarUn abrazo
Me ha gustado. Pero como dice Roxana, si que tiene pinta de ser un final feliz. El final triste y roto hubiese sido si ella hubiese cogido el dinero sin más y él se hubiese quedado solo. En el fondo sigue siendo algo romántico.
ResponderEliminarEs verdad, es romántico pero... es triste, porque no quedan juntos claramente. ¿Y si ella se muere o se va? No se sabe, es un bonito final abierto y rompe corazones.
EliminarNo te quejes xD.
TQ