Reto Mia #6: Mira quien te está mirando
¡Lo sé!
Seguro que no tienes ni idea de por qué digo eso, pero ahora lo sobrás, créeme... lo sabrás.
Se supone que no debo empezar otra historia o otro fanfic hasta acabar el de Byopp... ¡lo sé! Y mucho menos empezar algo que no estaba dentro de mis planes... ¡Lo sé! Pero es que tengo una maldita idea politicamente incorrecta y totalmente inmoral y sucia que sencillamente no puedo estarme quieta... ¡LO SE! ¿Qué clase de persona soy?
Así que pasandome por el forro mis exigencias ¡voy a comenzar una historia! Aplausos por favor, aplausos... lo sé, soy un desastre, pero me quieres igual ¿Nee? (nótese que estoy estudiando japonés y el maRdito "nee" se me ha quedado. Sí, he puesto "R", no ha sido un fallo).
Haré un pequeño..."prólogo" para meteros en la historia aprovechando el suculento reto de mi lovely Mia...
El título en cuestión es "Mira quien te está mirando".
Politicamente Incorrecto
Mientras la lluvia caía sobre ella intentaba controlar las lágrimas que salían de sus ojos, al mismo tiempo se mecía en el columpio para borrar los pensamientos que sin cesar atacaban su mente haciéndola sentir cada vez más desdichada y una mala hija.
Sabía que no podía culparse del todo, después de todo aún tenía dieciseis años y no controlaba a su corazón. A decir verdad dudaba que alguien pudiera hacerlo, después de todo no había herramienta existente que pudiera darle órdenes al corazón, al órgano más importante del organismo.
Gimoteó un par de veces derramando amargas lágrimas y prometiéndose que volvería al internado, después de todo que volviera a su casa tan sólo había sido un capricho de una niña, y al mismo tiempo había fastidiado la vida de su madre con lo que sentía. Nadie se lo podría replicar, después de todo al morir su padre le había dejado una herencia que prácticamente podría rascarse el ombligo no sólo ella sino sus bisnietos también.
A lo lejos, escondido en un árbol estaba él, mirándola con un sentimiento de impotencia tan grande que sencillamente no podía controlarse. Odiaba verla llorar, no podía quedarse quieto pero al escuchar su confesión horas atrás no se veía capaz de acortar los metros que lo alejaban y hacer que aquel dulce ángel estropeara su futuro por él. No era esa clase de persona, aunque por una vez en su vida lo quiso hacer...
Un trueno vibró por el cielo, haciendo que el parque se iluminara y ambos pudieran darse cuenta de la presencia del otro. Ahora ninguno de los dos tenía escapatoria, tenían que actuar.
Hola!! Yo antes escribía y mucho, y no tenía autocontrol Jaja Me ha gustado el prólogo de tu historia, y me ha intrigado ahora quiero saber más... Besotes!
ResponderEliminar¡Gracias me alegra que te haya gustado! Si, esto de no tener autocontrol es horrible.
EliminarUn besote
Un buen comienzo. Y ese relampago hizo que los dos se vieran. Puede ser decisivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Gracias! El relámpago les obligó a verse... ahora veamos que harán.
EliminarUn saludo
Que lindo sentimentalismo. Cuando el amor es puro, no hay circunstancias que puedan separar esa simpatía. Y qué más pasó? Dejanos saber que van a decidir.
ResponderEliminarPrecioso relato.
!Abrazo!
¡Claro que lo sabrás! Es la próxima historia que haré, espero que el próximo capítulo también te guste.
EliminarUn abrazo
¡Hola! Me gustó mucho el inicio, un poco triste, pero ese relámpago que ilumina todo parece ser un buen augurio para que se envalentonen los dos.
ResponderEliminarA ver qué sucede ahora.
¡Un abrazo!
Si, es la antesala de las lágrimas aseguradas.
EliminarPronto ya sabrás que sucederá.
Un abrazote