Byopp: Capítulo 2

¡Hola!
A pesar de que tengo el ventilador a mi lado tengo un calor de mil muertos, además para colmo Mimi me muerde el dedo pequeño del pie y me ataca, y encima el portátil está caliente y me quema las piernas.
Vamos... ¡algo estupendo!

Quiero regresar con la historia de Byopp, asumo que no será muy larga, vamos eso espero y enseguida que acabe con éste me pondré con el fanfic, o quizás lo empiece antes de acabar esta.
Una consulta... ¿convendría que me abriera un wattpad? Llevo tiempo pensando en abrirme uno pero nunca estoy del todo segura... ¿tú que opinas?

Bueno, espero que te guste esta historia y que me cuentes que te parece este capítulo.

¡Un abrazo sudoroso!



Prólogo / Capítulo 1

Capítulo 2: 

Estaba molesta, tanto que intentaba reprimir la emoción que sentía en esos momentos. Quería seguir con el ceño fruncido, la boca cerrada y la nariz arrugada como una niña caprichosa, pero a medida que iba caminando por aquellos pasillos el enfado se iba disolviendo para dejar pasar una emoción tan fuerte que era imposible ocultar. Al final del pasillo una sonrisa cruzó su rostro en contra de su voluntad, a su lado pudo oír como Matt sonreía divertido y le sujetaba la mano con cierta tristeza.

En ese instante fue consciente de lo que suponía ese viaje: separarse de Matt. Un nudo se le hizo en el estómago, el corazón le palpitó con fuerza y por primera vez en su vida tuvo miedo. Asustada le miró en el momento que él le soltó la mano, sonrió y besó en la frente para darle un pequeño empujón para que entrara a la fila. No pudo luchar mucho porque la marisma de personas la arrastraron hasta el interior, llevándola contra su voluntad hasta la puerta de embarque.

Después de un largo rato de caminar, luchar y mirar pudo sentarse delante de la puerta donde saldría su vuelo, dejó la maleta a su lado y miró aquel folio arrugado donde escrito con letras negras ponía su destino: Tokio.

- ¿Irme con Richard?- pregunto sorprendida.

- Vive en una pequeña ciudad de Japón, es un lugar bastante pequeño y bonito será una buena experiencia para ti, querida.- sonríe y me besa en los labios.- Seguro que cuando vuelvas tendrás muchas cosas que contarme.

- Pero...- frunzo el ceño sin entender nada.- ¿Por qué he de irme con Richard? ¡Él te hirió!

La expresión de su rostro cambia en un instante, primero odio después dolor y por último resignación. Quise preguntar por aquella reacción, pero él volvió a besarme haciendo que olvidara por los momentos de todo.

- Vuelve a mi.- me susurra al oído antes de marcharse.

Al despertar de la ensoñación se vio sola en la terminal, la mayoría de pasajeros ya habían embarcado, por lo que corriendo llegó a la entrada, pasó toda su documentación y sin mirar atrás emprendió un nuevo viaje.

La ciudad era hermosa, llena de gente, mucho ruido pero con una arquitectura y tecnología mucho más avanzada que en el pequeño pueblo donde vivía. Fue en ese instante que comprendió el motivo de ese viaje; por todas partes habían Byopps, cada uno de ellos con una personalidad única y especial, con dueños que los amaban y querían, con parejas e incluso llegó a ver niños Byopps jugando con niños humanos. Aquella imagen le hizo sentir muy extraña, no sabía si era felicidad o miedo, porque si aquello que estaba experimentando era la felicidad comprendió muy bien el motivo de las últimas palabras de Matt. ¿A caso podría haber un mundo mejor en el que él no estuviera?
Más pronto que tarde llegó al apartamento de Richard, era tan ordenado y pulcro como era el de Matt, al igual que el suyo tenía aparatos por todas partes, pero en las paredes habían cientos de diplomas y medallas honoríficas por su trabajo. En una de éstas había un pequeño manifiesto donde ponía los nuevos avances de los Byopps y lo que podrían llegar a crear en un poco de tiempo más. Al principio no le hacía mucha gracia leer aquello, pero recordó como Matt la había vuelto cada vez más humana, más real y la curiosidad pudo, por lo que terminó leyéndolo de cabo a rabo. Cuando llegó al último punto se sintió especial, única y solo de Matt. Sonrió satisfecha y se llevó la mano a la barriga, dónde latiendo con vida se encontraba su útero, el útero que en un futuro crearía vida, pero para ello necesitaba un hombre. Ese fue otro momento en el que comprendió porque le había enviado ahí… ¿quería que buscara un hombre que la aceptara?

- ¿Qué miras?- preguntó la voz ronca y sensual de Richard al salir de la ducha, llevaba la toalla atada en la cintura y otra más pequeña en la cabeza, dejando ver una muestra muy sensual de lo que él era.

A Chloe se le aguó la boca y sintió como su útero se contraía. Tomó aire y a regañadientes tuvo que admitir que Richard era el hombre más sexy del planeta, todo él emanaba una fragancia de masculinidad que volvía loca, todo su cuerpo musculoso y moreno, sus labios carnosos y aquellos dos ojos grandes y de un feroz gris. Era el Dios de la sexualidad en persona y ella una mujer, o mejor dicho un ser que acababa de conocer el placer del sexo con fines reproductivos.
Los ojos inteligentes de Richard se depositaron en ella y leyendo su mente se acercó poco a poco hasta acorralarla en un rincón y frotar su miembro erecto contra el fino vestido que ella llevaba. Tuvo que ahogar un gemido y cerrar las piernas para no dejar que su parte más animal la dominara, pero el autocontrol duró muy poco cuando él se lanzó contra sus labios y la beso con pasión y salvajismo…

Mientras era besada y acariciada por Richard, su cerebro comenzó a pensar en las alternativas que tenía en ese instante: alejarlo, hacerle la pudorosa y mantenerse fiel o dejarse llevar por el placer, experimentar y vivir tal y como le había hecho hacer Matt…