ÉL (12 de Mayo 2009)
ÉL
Desde pequeña en mis sueños siempre aparecía una persona,
nunca llegaba a reconocer su rostro, pero junto a él siempre
vivía hermosas aventuras, la mayoría de estás eran de nosotros dos,
haciendo lo imposible para poder estar juntos,
para seguir con nuestro amor...
Cerraba los ojos ilusionada esperando su llegada, sus caricias, sus besos y
me hundía en el sueño más hermoso y pacífico que uno pueda tener...
pero no se cuando pasó que dejó de aparecer, lo buscaba entre los recuerdos de
los otros sueños, pero él no aparecía, era amargo pero cierto...
Él ya no estaba...
Aún ahora cierro los ojos esperando reencontrarlo, pero lo único que aparece son
los antiguos recuerdos, duele pero es la realidad.
Cuando uno va creciendo los sueños o incluso las personas van desapareciendo de
nuestras vidas, algunos se niegan a este suceso y se encierran a vivir como niños para siempre....
Otros solo lo olvidan, pero yo...
lo mantengo en mi corazón, esperando que él aparezca.
No es mis sueños sino en mi realidad.
© Catalina Hartfiel
Desde pequeña en mis sueños siempre aparecía una persona,
nunca llegaba a reconocer su rostro, pero junto a él siempre
vivía hermosas aventuras, la mayoría de estás eran de nosotros dos,
haciendo lo imposible para poder estar juntos,
para seguir con nuestro amor...
Cerraba los ojos ilusionada esperando su llegada, sus caricias, sus besos y
me hundía en el sueño más hermoso y pacífico que uno pueda tener...
pero no se cuando pasó que dejó de aparecer, lo buscaba entre los recuerdos de
los otros sueños, pero él no aparecía, era amargo pero cierto...
Él ya no estaba...
Aún ahora cierro los ojos esperando reencontrarlo, pero lo único que aparece son
los antiguos recuerdos, duele pero es la realidad.
Cuando uno va creciendo los sueños o incluso las personas van desapareciendo de
nuestras vidas, algunos se niegan a este suceso y se encierran a vivir como niños para siempre....
Otros solo lo olvidan, pero yo...
lo mantengo en mi corazón, esperando que él aparezca.
No es mis sueños sino en mi realidad.
© Catalina Hartfiel
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