Una fantasía en un mundo real: Capítulo 7
Hi!
Una de las pocas cosas buenas que tiene el turno partido es que tengo tiempo de hacer cosas, de escribir u ordenar, algo que estaría bien hacer... pero tengo un dilema enorme ¡no tengo ni idea como ordenar la estantería! En serio, es un problema muy tonto pero desde que me mudé no estoy satisfecha de como ordené mis mangas ni mis libros... por lo que cada x tiempo ando quitándolo todo y poniéndolo pero nada... sigue igual de feo que antes.
En fin, entre otras cosas tengo tiempo de escribir y como tengo tantas ideas en la cabeza veré si puedo acabar con ésta historia y centrarme en hacerla bien.
A ver si tú me puedes ayudar...
¿Qué crees que es mejor?
- Escribir todo aunque tenga mucho que continuar.
- Centrarse en escribir sólo una cosa e ir acabando todo sin meterme en más mierdas.
Necesito ayuda, de veras.
Y nada, sin irme más lejos aquí les traigo el capítulo de mi super ultra mega estupendisima historia de amor. Si no tienes un carajo de lo que es ésto te recomiendo que te vayas AQUÍ y te enteres.
Ale... te dejo leer.
7. Por ti:
Cuando leía novelas románticas o veía películas del mismo género siempre me burlaba de que las protagonistas se pasaban demasiado tiempo de su vida llorando por aquel amor finalizado. Me burlaba por que no era mujeres fuertes e independientes, me burlaba principalmente porque jamás me vi en esa situación tan dolorosa, hasta que la viví. No tenía fuerzas para nada más que llorar, no quería salir, no quería ni vivir… tan sólo quería hundirme en las sábanas y esperar que el dolor se apagara o me consumiera. Ahí fue donde conocí la expresión de “morir por amor”. Simplemente deseaba que mi existencia acabara, no me sentía merecedora de vivir habiendo lastimado a otra persona de aquella manera, no podía aguantar aquella carga…
Mis padres al descubrir que lo había dejado con Milos volvieron a su vida rutinaria, normal sin preocupaciones y se olvidaron de mi existencia algo que odie profundamente, por otra parte la madre de mi ex aún seguía rondándome, era como si sintiera una sombra tras de mi fuera donde fuera. Más de una vez me vi tentada en correr en brazos de Milos para contarle todo, pero era demasiado cobarde, demasiado cobarde para luchar por algo que yo misma había creado… demasiado niña para amar.
Decir que los meses pasaron lentos fue una mentira, el tiempo pasó demasiado rápido, tanto que comencé mi año de universidad. Parecía como si lo ocurrido entre él y yo hubiera pasado en otro mundo, en una situación diferente, pero para mi desgracia no era así… su recuerdo dolía, su tacto escocía y su voz resonaba en mi cabeza. Pensé en morir de una forma dramática para acabar con el dolor, pero no sentía que fuera capaz, era cobarde pero mi existencia no era tan miserable. Simplemente debía vivir con aquello, con aquel agujero en el pecho y esperar a que cicatrizara con el tiempo… pero parecía que el mismo mundo quería jugármela.
- Te encontré. - escuché una voz a mi espalda.
Estaba en la clase sola, las clases se habían acabado y en mi facultad no habían curso de tarde, por lo que había pensado que me encontraba totalmente sola en el edificio, pero no era así. Al oír su voz cada rincón de mi cuerpo se estremeció, sentí que todas mis alarmas me decían que debía huir, que debía evitar un encuentro con él, pero estaba inmóvil en el suelo, con el corazón latiendo locamente en el pecho y sintiendo que aquel vacío se iba cerrando lentamente.
- ¿Qué haces aquí?- quise saber fingiendo indiferencia.
- Conociendo mi clase...- dijo arrastrando las palabras.
- ¿Qué?
Giré sobre mis talones para encararlo y me lo encontré delante de mi, con aquel aspecto descuidado que tanto amaba, pero al mismo tiempo bello como un dios nórdico. Su mirada era suave, cálida pero con una increíble tristeza y dolor. Vi en sus ojos que esperaba a que saliera corriendo, a que huyera como había hecho las veces que se había pasado por mi instituto, huyendo como una comadreja asustada…
Al ver que no decía nada más Milos me explicó que comenzaría a dar clases en la Universidad, que habían aceptado que diera algunas asignaturas y que una de éstas era para el grado de Enfermería. Al imaginármelo a diario en mi clase, al pensar que pronto su madre se daría cuenta un millón de imágenes comenzaron a cruzarse en mi cabeza, deseé mentir, gritarle que no me siguiera, pero ¿por qué iba hacerlo por mi? Reí en mi interior y comprendí que para un hombre como él yo no debía ser tan importante, por lo que suspiré y seguí recogiendo las cosas.
- ¿No dices nada?- quiso saber.
- ¿Por qué debería decir nada?- contesté sin mirarle.
- Porque estoy aquí...- su voz sonó suave y triste.
- ¿Y?
Escuché sus pisadas acercarse a mi, sentí sus manos cogerme de los hombros y darme la vuelta para mirarme a los ojos.
- Estoy aquí… por ti.
Y sin más me besó. En ese instante que nuestras bocas se tocaron todas las barreras que había levantado durante ese tiempo se desmonoraron y me dejé arrastrar. Entrelacé mis brazos sobre su cuello, hundí mis manos en su pelo y me acerqué a él para profundizar más su beso, sentí algo duro en sus pantalones y un calor nuevo me invadió, presionándome a que me frotara contra aquella protuberancia…
- Dímelo otra vez...- susurré a su oído sin dejar de frotarme y sin dejar de besarle.
- Estoy… aquí… por ti...- dijo jadeante mientras sus manos se metían debajo de mi camisa.
Y antes que la razón pudiera ser ocupada por el deseo me separó de él y me miró con ojos hambrientos de deseo, estiró su mano y habló…
- Sé mía para siempre…
Podía volver a huir, podía demostrar que era una niña o coger su mano y hacer ver a la gente que se equivocaba, que era una mujer en un cuerpo de adolescente y que mi amor por él era más grande que cualquier miedo… tan sólo debía elegir.
Cuando leía novelas románticas o veía películas del mismo género siempre me burlaba de que las protagonistas se pasaban demasiado tiempo de su vida llorando por aquel amor finalizado. Me burlaba por que no era mujeres fuertes e independientes, me burlaba principalmente porque jamás me vi en esa situación tan dolorosa, hasta que la viví. No tenía fuerzas para nada más que llorar, no quería salir, no quería ni vivir… tan sólo quería hundirme en las sábanas y esperar que el dolor se apagara o me consumiera. Ahí fue donde conocí la expresión de “morir por amor”. Simplemente deseaba que mi existencia acabara, no me sentía merecedora de vivir habiendo lastimado a otra persona de aquella manera, no podía aguantar aquella carga…
Mis padres al descubrir que lo había dejado con Milos volvieron a su vida rutinaria, normal sin preocupaciones y se olvidaron de mi existencia algo que odie profundamente, por otra parte la madre de mi ex aún seguía rondándome, era como si sintiera una sombra tras de mi fuera donde fuera. Más de una vez me vi tentada en correr en brazos de Milos para contarle todo, pero era demasiado cobarde, demasiado cobarde para luchar por algo que yo misma había creado… demasiado niña para amar.
Decir que los meses pasaron lentos fue una mentira, el tiempo pasó demasiado rápido, tanto que comencé mi año de universidad. Parecía como si lo ocurrido entre él y yo hubiera pasado en otro mundo, en una situación diferente, pero para mi desgracia no era así… su recuerdo dolía, su tacto escocía y su voz resonaba en mi cabeza. Pensé en morir de una forma dramática para acabar con el dolor, pero no sentía que fuera capaz, era cobarde pero mi existencia no era tan miserable. Simplemente debía vivir con aquello, con aquel agujero en el pecho y esperar a que cicatrizara con el tiempo… pero parecía que el mismo mundo quería jugármela.
- Te encontré. - escuché una voz a mi espalda.
Estaba en la clase sola, las clases se habían acabado y en mi facultad no habían curso de tarde, por lo que había pensado que me encontraba totalmente sola en el edificio, pero no era así. Al oír su voz cada rincón de mi cuerpo se estremeció, sentí que todas mis alarmas me decían que debía huir, que debía evitar un encuentro con él, pero estaba inmóvil en el suelo, con el corazón latiendo locamente en el pecho y sintiendo que aquel vacío se iba cerrando lentamente.
- ¿Qué haces aquí?- quise saber fingiendo indiferencia.
- Conociendo mi clase...- dijo arrastrando las palabras.
- ¿Qué?
Giré sobre mis talones para encararlo y me lo encontré delante de mi, con aquel aspecto descuidado que tanto amaba, pero al mismo tiempo bello como un dios nórdico. Su mirada era suave, cálida pero con una increíble tristeza y dolor. Vi en sus ojos que esperaba a que saliera corriendo, a que huyera como había hecho las veces que se había pasado por mi instituto, huyendo como una comadreja asustada…
Al ver que no decía nada más Milos me explicó que comenzaría a dar clases en la Universidad, que habían aceptado que diera algunas asignaturas y que una de éstas era para el grado de Enfermería. Al imaginármelo a diario en mi clase, al pensar que pronto su madre se daría cuenta un millón de imágenes comenzaron a cruzarse en mi cabeza, deseé mentir, gritarle que no me siguiera, pero ¿por qué iba hacerlo por mi? Reí en mi interior y comprendí que para un hombre como él yo no debía ser tan importante, por lo que suspiré y seguí recogiendo las cosas.
- ¿No dices nada?- quiso saber.
- ¿Por qué debería decir nada?- contesté sin mirarle.
- Porque estoy aquí...- su voz sonó suave y triste.
- ¿Y?
Escuché sus pisadas acercarse a mi, sentí sus manos cogerme de los hombros y darme la vuelta para mirarme a los ojos.
- Estoy aquí… por ti.
Y sin más me besó. En ese instante que nuestras bocas se tocaron todas las barreras que había levantado durante ese tiempo se desmonoraron y me dejé arrastrar. Entrelacé mis brazos sobre su cuello, hundí mis manos en su pelo y me acerqué a él para profundizar más su beso, sentí algo duro en sus pantalones y un calor nuevo me invadió, presionándome a que me frotara contra aquella protuberancia…
- Dímelo otra vez...- susurré a su oído sin dejar de frotarme y sin dejar de besarle.
- Estoy… aquí… por ti...- dijo jadeante mientras sus manos se metían debajo de mi camisa.
Y antes que la razón pudiera ser ocupada por el deseo me separó de él y me miró con ojos hambrientos de deseo, estiró su mano y habló…
- Sé mía para siempre…
Podía volver a huir, podía demostrar que era una niña o coger su mano y hacer ver a la gente que se equivocaba, que era una mujer en un cuerpo de adolescente y que mi amor por él era más grande que cualquier miedo… tan sólo debía elegir.
¡Hola! La verdad es que no soy de las mejores personas para aconsejarte, que yo siempre inicio varios proyectos en paralelos y voy continuándolos cuando van surgiendo, incluso, cuando no los publico XD no logro concentarme en una sola cosa a la vez, por mucho que lo intente, así que sería una cuestión de cómo te sientas tú con ello y decidas llevarlo más que lo que los demás te puedan decir.
ResponderEliminarEl capítulo me encantó, un aire de acosador llegar de profesor a la universidad sólo por ella xDD muy intenso el reencuentro de los dos. Aish, ya quiero ver qué pasa con ellos.
¡Un abrazo!
¡Gracias me alegro que te haya gustado!
EliminarEl problema es que no sé como me siento respecto a escribir muchas cosas, no sé no sé xD
Ya veré que pasa.
Un besito
Yo tampoco soy el indicado para aconsejarte. Tengo que hacer algunas historietas para un taller. Y tengo alguna actividad más que me lleva tiempo.
ResponderEliminarLos padres de la protagonista son algo molesto.
Pero puede ser que Milos haya hecho una inteligente jugada.
Un abrazo
Bueno tu animo ya me sirve, gracias.
EliminarY si, los padres de ella son bastante cargosos, pero todo se solucionará.
Un abrazo
La historia sigue bien.
ResponderEliminarLo que yo intento hacer es no meterme en más de una historia larga a la vez, e ir intercalando relatos para no cansarme (me aburro muy rápido de escribir lo mismo, aunque a veces me vienen subidones de la musa y puedo escribir tres o cuatro capítulos seguidos, aunque no es lo normal en mí).
ResponderEliminarMientras estoy en eso, toda idea para historias nuevas que se me ocurra la voy convirtiendo en un archivo word en mi pc, con el planteo, los personajes y todo lo que tenga en ese momento para no olvidarlo. Bien resumido. Así he llegado a tener una lista de historias que voy tomando de a poco y completando. Sé que tengo, ahora mismo, para escribir hasta el año que viene.
Igual funciona para mí, vos tendrías que ver qué es lo que mejor te viene según tu tolerancia y tu rapidez para escribir. Yo soy lenta, por eso lo hago así.
Buen capítulo, ojalá los dos arreglen el problema y puedan estar juntos.
¡Besos!
¡A mi me pasa igual amiga!
EliminarSeguiré tu consejo también. Me alegra que te haya gustado.
Un besote
Mi opinion seria que, no mas de tres historias son suficientes para trabajar.
ResponderEliminarDe esta forma no te sentirás ahogada y después desmotivada. Te deja tiempo para pensar y analizar las tramas con calma sin estar presionada con tantas a la vez.
Me ha encantado la valentía de tu protagonista para enfrentar a Milo. Ella está enamorada, y creo que Milo tambien no solo la desea sino también la ama? Gran capítulo, nos dejas en suspenso!
Me encanto el nuevo look de tu blog, se ve mas elegante. Ese morado es precioso.
Bso
¡Gracias, también seguiré tu idea!
EliminarSip, está hasta las trancas.
Gracias estoy satisfecha con el diseño ahora.
un besito