Reto 52 #11: Muñeca

Kah! (Thailandia)
Al fin he tenido el valor de sentarme a escribir, bueno realmente no estoy sentada, más bien estoy tirada en la cama mientras miro una serie. La cosa es que he estado intentando cumplir mi "plan" pero no he tenido la oportunidad... y no porque no tuviera la posibilidad, más bien ha sido por asuntos de fuerza mayor así que... ¡No cuenta!

Sigo poniéndome al día con los únicos dos retos que estoy haciendo, así que he decidido seguir con el de 52 días y honestamente quería hacer trampas porque éste que me toca no me inspira en absoluto, pero bueno he de hacerlo igualmente. Tengo que darle vida a un objeto así que...¡Allá voy!


Muñeca
Llevaba años viendo como lloraba día tras día, como al abrir la puerta y verla entrar en la habitación se echaba en la cama y derramaba amargas lágrimas de tristeza. Desde su sitio en la cama, categoricamente colocada entre las almohadas y mirando al frente se encontraba, observando como su dueña, su salvadora sufría por algo que ella no podía controlar. Más de una vez deseó poder moverse, secarle las lágrimas y decirle que todo iba a salir bien, pero sabía que eso jamás ocurriría, después de todo era una simple muñeca. ¿Qué podía hacer? Nada, tan sólo observar y ver como la persona que más amaba sufría sin tener un rayo de esperanza. Ella debía hacer algo...

Esa noche mientras miraba como su amada dueña dormía deseó estirar su mano de algodón y espuma y acariciarle la mejilla, y cuando se imaginó hacerlo ésta se movió, poco a poco todo su cuerpo pudo incorporarse y hacer aquello que deseaba hacer. Sonrió triunfal y decidió hacer aquello que siempre había deseado hacer: Levántate. Le susurró al oído a su amiga, ésta abrió los ojos y miró a la muñeca sorprendida. ¿Estoy soñando? preguntó ésta, la muñeca le contestó asintiendo y le dijo que se fuera a la cabaña donde jugaban juntas. La niña sonrió divertida y corrió hasta allá, pensando que todo era un bonito sueño. Cuando la muñeca se quedó sola camino con sus piernas de mentira a la cocina, encendió el gas y cogió una cerilla. En pocos minutos la casa explotó y con ella todas las cosas que hacían a su amiga infeliz... ahora podría vivir tranquila y feliz.