Por semana: Aventura

Ni ho! (Chino)
Y como ya toca hora, vengo con el reto de Por semana, lo he tenido algo apartado porque bueno... demasiadas reseñas en poco tiempo. ¿Quién me manda a mirar tantas cosas?

Hoy en el reto tengo que escribir un cuento de aventura, veamos que me sale.
¡Allá voy!




Aventura
La nueva casa es demasiado grande. Tengo miedo a perderme, pero tampoco siento que eso vaya a pasar. Papá y mamá me vendrán a rescatar. Ellos siempre saben donde estoy... al menos en la casa vieja era así. Nunca ganaba al escondite, quizás ahora si...
Buscó a mamá entre tantas cajas y la encuentro en la cocina, parece algo molesta y seguramente sea culpa de papá. Él siempre le hace enojar, dejando el olor a tabaco por toda la casa. Huelo el aire pero no hay nada, así que espero a ver si se da cuenta de que estoy aquí y me explica que le pasa.

- ¡Oh cielo!- dice sorprendida al verme al lado de una caja.- No te había visto.- ríe y me toma en sus brazos.- ¿Quieres algo?
- ¡Jugar al escondite!- grito eufórica.- ¿Jugamos mami?
- ¿Escondite?- frunce el ceño y mira la cocina y la sala llena de trastos, suspira y sonríe.- Venga, yo cuento y tu te escondes.
- ¡Dile a papá también!- grito antes de deshacerme de sus brazos y comenzar a correr.

Aunque todo está lleno de cajas, sé que podré encontrar un lugar para esconderme que no sea tan obvio. Primero miro en la parte de abajo de la casa, pero todo está pelado, así que subo a la de arriba, pero la vista se ve igual. Algo molesta y ansiosa por escuchar a mi mamá gritar "Allá voy" decido salir al jardín.
Al salir veo que hay mucho sol y ninguna nube, el calor está bien y seguro que papá no me regañará por salir sin avisar. Doy un saltito y me adentro al césped hasta llegar a una parte alejada. Los árboles son tan grandes que tapan el cielo, el murmullo de los animales no me deja oír nada y las mariposas vuelan a mi alrededor. Grito feliz y salgo corriendo olvidándome que estoy jugando al escondite.

No sé en que momento me quedé dormida, pero supongo que lo hice, porque ahora estoy en mi nuevo cuarto, tapada con un edredón y escuchando la voz serena de mi mamá y la risa ronca de papá.

- Que gran aventura has tenido ¿eh?- sonríe y me acaricia la cabeza.

Sonrió feliz y cierro los ojos para seguir durmiendo. Aunque esté en una casa nueva papá siempre me encuentra. Siempre.