Lo Bueno de lo Malo
Todo el mundo tiene manías, defectos e incluso taras que intentamos ocultar a lo largo de nuestra vida adulta. Cuando somos pequeños, comernos los mocos o chuparnos el dedo, nos resultaba algo normal e incluso, había niños que lo disfrutaban o lo consideraban algo necesario. Obviamente cuando vamos creciendo y las normas sociales se nos interiorizan las dejamos de hacer, y tan sólo quedan unos cuantos defectos que a la larga se convierten en problemas...
De pequeña tenía unas costumbres bastante "sanas" para mi punto de vista infantil. Era extremadamente ordenada con mi habitación. No podía vivir sin tener mi espacio vital en armonía. Debía hacer la cama, colocar los peluches e incluso dejar el estudio ordenado aunque lo fuera a utilizar. Muchas veces llegué a hacer la cama unos minutos antes de irme a dormir. Llegué al extremo de ordenar la cama con fiebre.
Otras cosas por ejemplo, no podía dormir mirando a la pared o con la puerta cerrada y no podía haber nada colgando. Cabe decir que al ser Miope no veía nada a oscuras y agregando que tengo Astigmatismo pues la formas se distorsionaban, por lo que para una persona normal algo suelto, podía ser una bufanda pero para mis ojos era una mano de un bicho. Cosas así..
A medida que me iba haciendo mayor esas costumbres fueron desapareciendo, pero iban llegando otras que si suponían un cierto problema. Por ejemplo, me costaba mucho salir de casa sin comprobar que tenía las cosas metidas en el bolso o si apagaba las luces. Cosas normales, pero que cuando se vuelven algo intensas te crean cierta ansiedad que termina por volverte loca.
Mi vida adolescente-adulta estuvo llena por esos momentos de ansiedad que prácticamente me sentía morir. Creo que no le desearía a nadie algo así. Ni siquiera a aquellas personas que tanto daño me ha hecho. No soy tan cruel para desear un sufrimiento tan visceral y gratuito, porque después de todo nadie me pidió "pensar" o "sentir" que cosas, pero ese es el punto de las manías, ansiedad y obsesiones. Te pasan cosas que ni quieres, ni pides y ni necesitas. Llegan para amargarte la existencia y listo...
Pero como siempre digo, todo lo malo acaba. Y es una bendición tan sencilla que mucha gente la desconoce. Todo en esta vida no es eterno, ni el amor, el dolor o la felicidad. Todo acaba, y los momentos malos siempre se van y por extraño que parezca te dejan cosas buenas. De todo el sufrimiento que he tenido, he aprendido a conocer mis emociones, mis sentimientos y mirandolo por la parte positiva... ¡ahora soy ordenada! No tan maniática como antes, pero soy una chica muy ordenada y alabada, y sinceramente eso se agradece.
De todo lo malo se puede extraer algo positivo, pero lo primero es ir superándolo poco a poco. Tomarse su tiempo y respirar. También ayuda mucho ir a gente que sepa del tema, o incluso hablar de ello con alguien cercano a ti. Puedes aplicar eso de "Contar las pesadillas hace que te alivies" y en cierto modo con esto pasa también.
Habla, es lo mejor.
De pequeña tenía unas costumbres bastante "sanas" para mi punto de vista infantil. Era extremadamente ordenada con mi habitación. No podía vivir sin tener mi espacio vital en armonía. Debía hacer la cama, colocar los peluches e incluso dejar el estudio ordenado aunque lo fuera a utilizar. Muchas veces llegué a hacer la cama unos minutos antes de irme a dormir. Llegué al extremo de ordenar la cama con fiebre.
Otras cosas por ejemplo, no podía dormir mirando a la pared o con la puerta cerrada y no podía haber nada colgando. Cabe decir que al ser Miope no veía nada a oscuras y agregando que tengo Astigmatismo pues la formas se distorsionaban, por lo que para una persona normal algo suelto, podía ser una bufanda pero para mis ojos era una mano de un bicho. Cosas así..
A medida que me iba haciendo mayor esas costumbres fueron desapareciendo, pero iban llegando otras que si suponían un cierto problema. Por ejemplo, me costaba mucho salir de casa sin comprobar que tenía las cosas metidas en el bolso o si apagaba las luces. Cosas normales, pero que cuando se vuelven algo intensas te crean cierta ansiedad que termina por volverte loca.
Mi vida adolescente-adulta estuvo llena por esos momentos de ansiedad que prácticamente me sentía morir. Creo que no le desearía a nadie algo así. Ni siquiera a aquellas personas que tanto daño me ha hecho. No soy tan cruel para desear un sufrimiento tan visceral y gratuito, porque después de todo nadie me pidió "pensar" o "sentir" que cosas, pero ese es el punto de las manías, ansiedad y obsesiones. Te pasan cosas que ni quieres, ni pides y ni necesitas. Llegan para amargarte la existencia y listo...
Pero como siempre digo, todo lo malo acaba. Y es una bendición tan sencilla que mucha gente la desconoce. Todo en esta vida no es eterno, ni el amor, el dolor o la felicidad. Todo acaba, y los momentos malos siempre se van y por extraño que parezca te dejan cosas buenas. De todo el sufrimiento que he tenido, he aprendido a conocer mis emociones, mis sentimientos y mirandolo por la parte positiva... ¡ahora soy ordenada! No tan maniática como antes, pero soy una chica muy ordenada y alabada, y sinceramente eso se agradece.
De todo lo malo se puede extraer algo positivo, pero lo primero es ir superándolo poco a poco. Tomarse su tiempo y respirar. También ayuda mucho ir a gente que sepa del tema, o incluso hablar de ello con alguien cercano a ti. Puedes aplicar eso de "Contar las pesadillas hace que te alivies" y en cierto modo con esto pasa también.
Habla, es lo mejor.
¡Hola! Interesante tema! La verdad, es que siempre he pensado que las malas experiencias aunque sea, te aportan algo de sabiduría, mínimo, para que no cometas el mismo error aunque nunca me ha servido con mis manías. Nunca, soy desordenada y no importa cuanto me regañen o cuanto problema tenga con el que convive conmigo, el orden no se ha hecho para mí. Pero puedo decir que he aprendido otras cosas xD
ResponderEliminarBye!