Reto Juevero: Lineas Paralelas

Túturu~

Cuando me he querido dar cuenta ya era domingo. Mira que he tenido en mente participar en éste reto pero aún así no he logrado llegar a tiempo, igualmente quiero al menos para mi misma y para ti participar al menos en ésta convocatoria.

La anfitriona del blog Divagaciones Nocturnas, dijo que debíamos escribir algo sobre ascensiones y descensos. Ya cuando leí en su momento de que iba tuve una breve idea en la cabeza...
Siguiendo en mi línea de fanfics, vengo con una pareja de vocaloid que me apasiona desde lo más hondo de mi corazón y más ésta canción en particular (Servant of Evil). Siento que hay tanto sentimiento y tanta tristeza...
Será como un breve resumen de la canción, contado con mis propias palabras y con mis sentimientos.

Líneas Paralelas
Nunca fui parte de la nobleza, pero sentí como si perteneciera. Después de todo, compartí alegría, tristezas, nacimientos y muertes. No soy reina, no soy princesa y mucho menos noble. Simplemente soy una criada, una de las tantas que tenía el próspero reino Amarillo. Mi nombre no es importante, tampoco mi historia... sino la de los dos preciosos niños que tuve el placer de criar. O al menos hasta donde me permitieron.

Un bonito día nacieron dos gemelos preciosos, de ojos claros y un vivo color rubio. Ambos rollizos, con piernecitas y bracitos fuertes, pulmones llenos de vida y una energía propia de un bebé. Ella nació la primera, él nació el segundo. Lo normal hubiera sido que él hubiera subido al trono, pero algo que no llegué a conocer ocurrió: Se llevaron al niño, y la niña se convirtió en reina a los 14 años.

Desde la comodidad de mi posición de criada vi crecer a la reina. De pequeña era dulce, tierna, llena de bondad pero la gente que le rodeó comenzó a oscurecer su precioso y puro corazón. Por parte de un viejo amigo, me contó que el niño, creció siendo una persona normal pero comenzó a estudiar y a prepararse para ser el criado personal de la joven reina.
Unos años más adelante pude ver como los hermanos se reunían, fue una escena tierna, dulce e incluso romántica. Me encantó verlos al fin feliz, pero si hubiese sabido como iba a acabar la vida de aquellos dos... quizás me hubiera movido, como madre realmente que fui de aquellas criaturas, los hubiera cogido de la mano y haberlos sacado del palacio, ocultarlos como niños normales y haberles hecho crecer como unos críos normales.

Pero sólo soy una simple criada, una observadora en silencio que ve como dos criaturas que nacieron igual, con las mismas condiciones terminan llegando a una situación completamente diferente: Él muerto y ella perdida.