52 Retos: Viaje


Túturu~
¿Cómo has pasado la semana?¿Ha estado bien?¿Mal?¿Lo normal? La mía creo que ha pasado por todas las etapas posibles de la escalera de emociones y sentimientos. Últimamente mi vida es un vaivén de emociones que es bastante sencillo explicar y entender, pero por los momentos hasta dentro de dos tres semanas no podrás saber...

Hoy vengo nuevamente con el bendito reto de 52 relatos que para mi es una amargura y una autoimposición que me he puesto. Lo sé, podría solo coger 12 puntos y ya está, pero soy capricornio. Terca de naturaleza. Y tampoco es que tenga paciencia para sentarme y leer todos los enunciados y decantarme con una, así que nuevamente me paso el forro lo que se supone que he de hacer y lo hago a mi peculiar manera.
Los dos enunciados que tocan hoy es (resumido para no tener que copiar y pegar) que la protagonista de mi historia ( sí, ha de ser mujer) haga un viaje de crecimiento personal y el segundo es que el relato comience con una pregunta y que al final sea una respuesta.
Individualmente podría ser algo fácil, incluso monótono de escribir, pero como me gusta liar las cosas ya juntarlas podría ser algo más interesante... además... ¡Tengo la idea!

Antes de escribir tengo que hacer una pequeña explicación, porque sino no soy feliz.
He decidido que los protagonistas de ésta historia sean tres personajes de animes que durante mi infancia- adolescencia tuvieron un peso importante en mi. Realmente no eran ellos, sino quiénes los hacían. Diría que fue sobre el 2005 o 2006 comencé a hacer mi pequeños pinos dentro del mundo del Rol. Realmente no participaba en foros, más bien todo era a través del conocido msn (messenger) dónde conocí a mis dos primeras amigas de internet. O al menos a quiénes hoy más de 10 años después, aún les guardo bastante cariño.
Cada una de nosotras eligió un personaje y a través de ellos íbamos contando historias que siempre eran divertidas y nos hacían pasar un buen rato. Yuki era Arima (Kare Kano), Ari era Shuichi (Gravitation) y yo era Lima (Saber Marionette). Cada una vivía en un lugar diferente, pero nos pasábamos horas escribiendo... y quizás por ese buen recuerdo me hace especial ganas escribir ésta historia.
Llevo bastante tiempo sin escribir un FanFic y realmente no me acuerdo con exactitud lo que ocurría en nuestras historias, pero la base o la idea creo que aún la conservo.

Viaje

¿Qué es el amor?
Era una pregunta que me solía hacer cuando los veía a ambos. Se miraban con un sentimiento raro, se tocaban como con miedo y ocultaban sus muestras de afecto en público. En ese entonces no solía entender qué era eso, y aún ahora cuando ellos ya no existen me cuesta comprender.
Arima y Shuichi fueron mis padres, mis amigos, mis tutores e incluso mis enamorados, o al menos eso solían decir la gente que nos conocía. Yo no lo entendía. Arima solía decir que era por mi condición de marionetta, mientras que Shuichi con bastante retintín y antipatía me contestaba con un "eres tonta de naturaleza". En otra circunstancia posiblemente aquello me hubiera herido, pero tan sólo los conocía a ellos, eran mi referencia... hasta que se marcharon.

Estaba sola nuevamente, con nuevas emociones, nuevos sentimientos y un dolor tan profundo e incomprendible que no sabía como explicar. Dolía respirar, dolía caminar... la ausencia dolía más que la presencia. Jamás supe a quién quise más si a Arima, con su pose tranquila, distraída y relajada como el viento, o a Shuichi, juguetón como un niño, fuerte y feroz como un huracán. No sé a quién amé más y ahora sin ellos sólo puedo comprender que los quería por igual.

Para un humano el tiempo pasa, para una marioneta el tiempo no existe. Sabes que algo pasa porque la gente que conoces desaparece, las plantas crecen, las hojas caen y la fruta se pudre, pero más allá de eso no siento nada. Mi cuerpo sigue igual desde hace 100 años, desde el día que Shuichi me encontró en mi cápsula, desde el día que Arima me dijo que mi nombre sería "Lima". Nunca entendí porque querían nombrarme, porque querían que estuviera junto a ellos...

Nunca lo entendí hasta hoy, 100 años después, encontrándome en su misma situación pero ésta vez no era un humano o una planta abandonada, sino un gatito perdido, sediento y mirándome con miedo sin saber que hacer. Sonreí y estiré mis brazos eléctricos hasta sujetarlo entre mi pecho. Éste comenzó a rónronear a hundirse en mi pecho y a respirar de forma tranquila.
Quizás eso era el amor. Quizás esa necesidad inexplicable de cuidar incondicionalmente a alguien sin esperar nada a cambio.

Comentarios

  1. Me encantan estos retos, precioso.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Me encanta lo tierno que te ha quedado, que han podido enseñarle algo tan bello como el amor y a ser bondadoso con quien lo necesite. Un encanto.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias!
      Es que tengo un recuerdo muy bonito, muy dulce de toda esa etapa. Supongo que me salió del corazón.
      Un besito

      Eliminar
  3. Que tengas un buen día, hoy ha sido muy bueno verte.
    FELIZ PASCUA.
    HAPPY EASTER.

    http://geeky-freeky.blogspot.com

    ResponderEliminar
  4. Muy interesante lo que cuentas. Me ha parecido un relato de lo más encantador y tierno. Un amor incondicional, algo sin pedir nada a cambio. Creo que ese es el verdadero amor. !Me encanto!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias!
      Creo que me salió de lo más hondo de mi corazón.
      Un besito

      Eliminar

Publicar un comentario

¿Y tu qué opinas?

Entradas populares