3 meses
¡Quiero escribir y no tengo fuerzas!
Creo que así se podría resumir mi vida en los últimos tres meses de mi existencia... es triste, pero es así.
Desde que entré en el mundo adulto me he dado cuenta que no he sabido organizar mi tiempo en hacer todas las cosas que quiero, y por extraño que parezca tengo más ganas de hacer cosas que cuando era adolescente... es curioso como la edad te hace ver las cosas diferentes de un día a otro. No te sabría decir en qué momento es que te das cuenta que algo es diferente en ti, pero ahí está... un día te levantas queriendo acabar el instituto y al día siguiente tan sólo quieres volver a esos tiempos. Personalmente mi vida de instituto fue un asco, así que ni aunque me pagaran volvería... pero si que me gustaría volver a tener esa despreocupación propia de las hormonas alteradas.
Supongo que no seré la única adulta que lo cree, pero bueno... ¡este es mi blog y lo digo aquí!
Añoro poder tener tiempo (o al menos la fuerza) para sentarme a escribir y pasarme horas sin pensar en nada más. Añoro eso de poder estar tranquila sin pensar en más cosas que en cómo cambiara la historia... ¡quiero volver a escribir hasta las tres de la madrugada! Pero no puedo porque soy adulta, con una casa, luz, gatos y comida que pagar...
Si he de ser honesta mi vida no ha cambiado tanto como parece. En casa de mi madre hacía exactamente lo mismo, aunque me quejaba más y no tenía que saber donde coño llegaban las facturas y tampoco como descongelar una nevera y donde comprar el gas. Esas cosas si que son nuevas para mi, por lo demás... todo es igual, aunque obviamente todo es diferente.
Y es exactamente lo que es diferente lo que hace que todo el cambio vaya a cuesta arriba...
Estos tres meses he estado sometida a tantos cambios que no sé como sigo cuerda (quizás es gracias a los caramelos de la felicidad o es porque quería estos cambios) y lo peor de todo es que no he podido hacer aquello que más ganas tenía: Escribir.
El trabajo me agota, la casa me agota, mis sentimientos me agotan... todo me agota y solo tengo ganas de dormir y dormir... aunque sé que ésto no es algo nuevo para ti, puesto que me repito más que un ajo... pero honestamente llevo 3 o incluso más meses cansada, diría que años.
Creo que ahora es que comienzo a disfrutar un poco más de todo... la vida, aunque es dura es más bonita. Todo brilla un poco más, aunque me aterra porque quizás la caída sea más difícil... pero ¡me da igual! Pienso disfrutar al máximo todo e intentaré poder organizar mi vida para poder hacer todo aquello que tengo pensado...
¡Gracias por esperar!
Creo que así se podría resumir mi vida en los últimos tres meses de mi existencia... es triste, pero es así.
Desde que entré en el mundo adulto me he dado cuenta que no he sabido organizar mi tiempo en hacer todas las cosas que quiero, y por extraño que parezca tengo más ganas de hacer cosas que cuando era adolescente... es curioso como la edad te hace ver las cosas diferentes de un día a otro. No te sabría decir en qué momento es que te das cuenta que algo es diferente en ti, pero ahí está... un día te levantas queriendo acabar el instituto y al día siguiente tan sólo quieres volver a esos tiempos. Personalmente mi vida de instituto fue un asco, así que ni aunque me pagaran volvería... pero si que me gustaría volver a tener esa despreocupación propia de las hormonas alteradas.
Supongo que no seré la única adulta que lo cree, pero bueno... ¡este es mi blog y lo digo aquí!
Añoro poder tener tiempo (o al menos la fuerza) para sentarme a escribir y pasarme horas sin pensar en nada más. Añoro eso de poder estar tranquila sin pensar en más cosas que en cómo cambiara la historia... ¡quiero volver a escribir hasta las tres de la madrugada! Pero no puedo porque soy adulta, con una casa, luz, gatos y comida que pagar...
Si he de ser honesta mi vida no ha cambiado tanto como parece. En casa de mi madre hacía exactamente lo mismo, aunque me quejaba más y no tenía que saber donde coño llegaban las facturas y tampoco como descongelar una nevera y donde comprar el gas. Esas cosas si que son nuevas para mi, por lo demás... todo es igual, aunque obviamente todo es diferente.
Y es exactamente lo que es diferente lo que hace que todo el cambio vaya a cuesta arriba...
Estos tres meses he estado sometida a tantos cambios que no sé como sigo cuerda (quizás es gracias a los caramelos de la felicidad o es porque quería estos cambios) y lo peor de todo es que no he podido hacer aquello que más ganas tenía: Escribir.
El trabajo me agota, la casa me agota, mis sentimientos me agotan... todo me agota y solo tengo ganas de dormir y dormir... aunque sé que ésto no es algo nuevo para ti, puesto que me repito más que un ajo... pero honestamente llevo 3 o incluso más meses cansada, diría que años.
Creo que ahora es que comienzo a disfrutar un poco más de todo... la vida, aunque es dura es más bonita. Todo brilla un poco más, aunque me aterra porque quizás la caída sea más difícil... pero ¡me da igual! Pienso disfrutar al máximo todo e intentaré poder organizar mi vida para poder hacer todo aquello que tengo pensado...
¡Gracias por esperar!
Es lo complicado de vivir, querida amiga. ¡Animo y no te rindas!
ResponderEliminarCreo que tienes mucho por delante, no dejes que la rutina te tumbe, adaptate y superala.
¡Un abrazo!
¡Muchas gracias! No me rendiré... ¡lograré adaptarme a todo! :D
EliminarUn abrazote