Futura hija
Como toda mujer (o la gran mayoría) quiero ser madre y aunque todavía me falta bastante para poder tenerla, a veces me pregunto cómo me gustaría que fuera el mundo para cuando ella llegue, pero sé que yo sola no podré cambiar todo lo que le hará daño. Tristemente ni yo, ni nadie de mi generación, así que quiero trasmitirle unas palabras de ánimo, para que pueda enfrentarse al mundo con orgullo y confianza de ser mujer. Porque después de todo, ser mujer en esta sociedad es complicado... tan complicado que no tan sólo habría que educar a las niñas, sino también a los niños a como deben ser tratados. Como humanos, como mujeres y hombres. Como seres con los mismos derechos y las mismas oportunidades...
Querida niña:
Bienvenida al mundo. Sé que es un lugar un poco grande para tus minúsculas manos y te sientes algo inestable con tus piernas rollizas, pero aquí estás y quiero decirte algo que me hubiera gustado que mi madre me hubiera dicho a mi. Sé que no entenderás mucho, por ahora, pero necesito que escuches bien. Abre tus orejitas curiosas y pregunta todo lo que necesites saber. Mamá te contestará a todo.
Eres una niña y pronto serás una mujer, quizás veas muchas cosas por la televisión y otras tantas que mamá diga que no son correctas, pero hija, la vida no es 100% correcta y es por eso que ahora estamos aquí. Quiero que sepas que ser mujer es difícil, pero no te asustes. No es tan difícil como resolver una ecuación de tercer grado con decimales. Es difícil porque escucharás a muchas personas decir como debes ser. Algunas te dirán que debes ser obediente, sumisa y calmada, pero otras te dirán todo lo contrario. Te exigirán que digas lo que quieres, que te sientas superior y que jamás debes dejarte pisar por un hombre. Pero niña, no te equivoques ninguna de esas dos cosas es totalmente correcta. Es verdad que debes ser una niña obediente, pero no sólo cara a los hombres, sino con todo el mundo. Debes ser capaz de aceptar órdenes de otras personas, pero no debes decir que si, si en tu corazón sientes que es lo incorrecto. Cree en lo que te dice tu pecho. A veces te pedirán hacer cosas malas, por buenos motivos y quizás, puede ser al revés, pero niña... sé que eres lista y harás lo que tú creas correcto. No lo que esa señora o ese señor creen, incluso lo que crea mamá. Tú eres tú, y eso es importante. Lo de ser sumisa y calmada, eso es al gusto del consumidor. Si te gusta gritar, armas jolgorio y saltar... ¡hazlo! Tranquila, ser escandalosa y alegre está muy bien.
Lo que dicen que deber decir siempre lo que quieres, es verdad. Jamás te calles una opinión, jamás pienses que la opinión de otra persona es mejor que la tuya. Porque eso no es verdad, cada uno tiene su opinión y se debe respetar. Tú dila, convence a la gente porque crees que es la correcta, pero no ofendas. Ni a una mujer ni a un hombre. A nadie. Y escúchame bien, cuando alguien diga que "La mujer es superior al hombre", no lo creas. Porque una mujer y un hombre no pueden ser superiores, sencillamente porque nos necesitamos el uno al otro. Es verdad que ser mujer te da el don de crear vida, es verdad que somos fuertes y ordenadas, pero eso no nos da la supremacía. El hombre puede criar a un niño tan bien como una mujer, ordenar y aguantar tanto como lo haría mamá. Ya ves, papá es muy fuerte. Nos abre el tarro de la mermelada cuando mamá está ocupada.
De lo que vas a escuchar, quizás es la más importante de todos... Jamás, pero Jamás, te dejes pisar por nadie. Ni por un amigo, una amiga, una pareja, un jefe... por nadie. Tú vales más que para eso.
Querida niña, tienes que ser fuerte para enfrentarte al mundo al que llegas. Fuerte para saber comprender que la gente a veces es tonta y no comparte tu opinión. Fuerte para poder pasar a través de la multitud y hacerte ver. Fuerte para defender tus opiniones y tus derechos. Fuerte para ser feliz de la manera que más cómoda te sientas.
Y si te sientes cómoda usando mucho maquillaje o poco maquillaje, disfrútalo. No dejes que otra persona te diga que es lo que debe gustarte. No dejes que nadie te haga sentir diferente sólo por el hecho de no ser como ella. Una de las cosas que más fuerte ha hecho a mamá, es ser diferente. Diferente para poder elegir mi propio camino, para poder disfrutar de lo que me gusta sin importarte lo que dirán los demás. No te digo que seas diferente, porque tú serás tú... ni igual que mamá, ni igual que papá y mucho menos igual que tu amiga rubia del colegio. Sólo debes ser tú, como quieras ser.
Es verdad que en la adolescencia no sabrás que es lo que quieres ser e irás saltando de un gusto a otro. Incluso me odiarás. Lo sé, pero no te preocupes mi amor por ti no bajará lo más mínimo. Ódiame todo lo que debas odiarme, pero que sepas que yo estaré ahí para ti. Te ayudaré a recoger tus desastres, te regañaré por tus errores y te alabaré por tus logros. Da igual que sea conseguir un 6 en matemáticas o un 10 en biología. No te preocupes, las calificaciones es lo de menos. Y si un día me vienes y me dices que te has cansado de estudiar, bueno... ahí pelearemos un poco, porque quiero lo mejor para ti, pero sé que en el fondo tu sabes que es lo mejor.
Hija mía, crece tanto como puedas. Sueña hasta lo imposible y disfruta con cada pequeña cosa que tienes. No me importa si no me gusta, mientras sepa que tú eres feliz, yo soy feliz.
El logro de una madre es ver feliz a su hija, con sus pequeñas heridas de guerra, con una capa de errores y muchos recuerdos felices.
Niña, simplemente se feliz.
Te quiere, Mamá.
Querida niña:
Bienvenida al mundo. Sé que es un lugar un poco grande para tus minúsculas manos y te sientes algo inestable con tus piernas rollizas, pero aquí estás y quiero decirte algo que me hubiera gustado que mi madre me hubiera dicho a mi. Sé que no entenderás mucho, por ahora, pero necesito que escuches bien. Abre tus orejitas curiosas y pregunta todo lo que necesites saber. Mamá te contestará a todo.
Eres una niña y pronto serás una mujer, quizás veas muchas cosas por la televisión y otras tantas que mamá diga que no son correctas, pero hija, la vida no es 100% correcta y es por eso que ahora estamos aquí. Quiero que sepas que ser mujer es difícil, pero no te asustes. No es tan difícil como resolver una ecuación de tercer grado con decimales. Es difícil porque escucharás a muchas personas decir como debes ser. Algunas te dirán que debes ser obediente, sumisa y calmada, pero otras te dirán todo lo contrario. Te exigirán que digas lo que quieres, que te sientas superior y que jamás debes dejarte pisar por un hombre. Pero niña, no te equivoques ninguna de esas dos cosas es totalmente correcta. Es verdad que debes ser una niña obediente, pero no sólo cara a los hombres, sino con todo el mundo. Debes ser capaz de aceptar órdenes de otras personas, pero no debes decir que si, si en tu corazón sientes que es lo incorrecto. Cree en lo que te dice tu pecho. A veces te pedirán hacer cosas malas, por buenos motivos y quizás, puede ser al revés, pero niña... sé que eres lista y harás lo que tú creas correcto. No lo que esa señora o ese señor creen, incluso lo que crea mamá. Tú eres tú, y eso es importante. Lo de ser sumisa y calmada, eso es al gusto del consumidor. Si te gusta gritar, armas jolgorio y saltar... ¡hazlo! Tranquila, ser escandalosa y alegre está muy bien.
Lo que dicen que deber decir siempre lo que quieres, es verdad. Jamás te calles una opinión, jamás pienses que la opinión de otra persona es mejor que la tuya. Porque eso no es verdad, cada uno tiene su opinión y se debe respetar. Tú dila, convence a la gente porque crees que es la correcta, pero no ofendas. Ni a una mujer ni a un hombre. A nadie. Y escúchame bien, cuando alguien diga que "La mujer es superior al hombre", no lo creas. Porque una mujer y un hombre no pueden ser superiores, sencillamente porque nos necesitamos el uno al otro. Es verdad que ser mujer te da el don de crear vida, es verdad que somos fuertes y ordenadas, pero eso no nos da la supremacía. El hombre puede criar a un niño tan bien como una mujer, ordenar y aguantar tanto como lo haría mamá. Ya ves, papá es muy fuerte. Nos abre el tarro de la mermelada cuando mamá está ocupada.
De lo que vas a escuchar, quizás es la más importante de todos... Jamás, pero Jamás, te dejes pisar por nadie. Ni por un amigo, una amiga, una pareja, un jefe... por nadie. Tú vales más que para eso.
Querida niña, tienes que ser fuerte para enfrentarte al mundo al que llegas. Fuerte para saber comprender que la gente a veces es tonta y no comparte tu opinión. Fuerte para poder pasar a través de la multitud y hacerte ver. Fuerte para defender tus opiniones y tus derechos. Fuerte para ser feliz de la manera que más cómoda te sientas.
Y si te sientes cómoda usando mucho maquillaje o poco maquillaje, disfrútalo. No dejes que otra persona te diga que es lo que debe gustarte. No dejes que nadie te haga sentir diferente sólo por el hecho de no ser como ella. Una de las cosas que más fuerte ha hecho a mamá, es ser diferente. Diferente para poder elegir mi propio camino, para poder disfrutar de lo que me gusta sin importarte lo que dirán los demás. No te digo que seas diferente, porque tú serás tú... ni igual que mamá, ni igual que papá y mucho menos igual que tu amiga rubia del colegio. Sólo debes ser tú, como quieras ser.
Es verdad que en la adolescencia no sabrás que es lo que quieres ser e irás saltando de un gusto a otro. Incluso me odiarás. Lo sé, pero no te preocupes mi amor por ti no bajará lo más mínimo. Ódiame todo lo que debas odiarme, pero que sepas que yo estaré ahí para ti. Te ayudaré a recoger tus desastres, te regañaré por tus errores y te alabaré por tus logros. Da igual que sea conseguir un 6 en matemáticas o un 10 en biología. No te preocupes, las calificaciones es lo de menos. Y si un día me vienes y me dices que te has cansado de estudiar, bueno... ahí pelearemos un poco, porque quiero lo mejor para ti, pero sé que en el fondo tu sabes que es lo mejor.
Hija mía, crece tanto como puedas. Sueña hasta lo imposible y disfruta con cada pequeña cosa que tienes. No me importa si no me gusta, mientras sepa que tú eres feliz, yo soy feliz.
El logro de una madre es ver feliz a su hija, con sus pequeñas heridas de guerra, con una capa de errores y muchos recuerdos felices.
Niña, simplemente se feliz.
Te quiere, Mamá.
¡Oh, por todos los cielos! ¡Cuanta ternura junta! Es hermoso, me sacó unas lágrimas. Sin duda alguna, no hay nada más bello que el amor de una madre a sus hijos.
ResponderEliminar¡Precioso!
Gracias por compartirlo.
¡Cuidate!
Bye!
¡Gracias! A mi también se me saltaron las lágrimas mientras lo escribía, creo que me emocionó una poca.
Eliminar:D