En cuestión de dolor

Hay una verdad absoluta, y esa es la siguiente:
Al ser humano le gusta comparar.
Ya dicen que son odiosas, pero aún así tenemos una debilidad que nos hace hurgar en nuestras heridas y ver cual es peor. En cierto modo es algo absurdarmente inútil, porque no sirve para un carajo. Sí, comparamos y después nos sentimos más desgraciados que antes. Lamentablemente cuando comparamos siempre lo hacemos por cosas malas (trabajo, dolores, ex, clases...) y cuando una de las partes acaba mal, comienza una disputa y un mal rollo increíble.
Es absurdo pero el humano es así de idiota... 

Me he encontrado en una situación que he tenido que comparar mi dolor, para poder aliviar el dolor de otra persona, y lamentablemente me he dado cuenta que es muy difícil, porque cada persona sufre de forma diferente.

Cuando he roto con mis parejas y he buscado consejo en mis amigos, siempre ellos anteponían su dolor al mío diciendo que no era para tanto. No se referían al dolor real del corazón, más bien que por el tiempo de la relación tenía que tener un X dolor proporcional. Evidentemente al tener una relación corta, mi sufrimiento debía ser más corto y por ende, no debía fastidiarlas tanto con ello... pero eso es injusto.
El dolor no se puede comparar, más bien no se DEBERÍA comparar. Es como los gustos. No siempre nos va a gustar lo mismo, y no siempre vamos a estar de acuerdo en algo, por lo que el dolor no debería ser algo comparable.
Es verdad que hay dolores más fuertes que otros, pero... ¿Qué duele más?¿Romper con tu novio o romper con una amiga?¿Qué duele más un dolor de cabeza o de estómago? No se puede comparar, porque son cosas tan únicas y específicas que hacerlo sería una pérdida de tiempo. Además, no siempre te duele igual... por lo que comparar el dolor es inútil. 

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