Oda a los mocos
¡Oh mocos! Que en mi nariz existen.
¡Oh mocos! Tan verdes y tan hermosos.
¡Oh mocos! ¿Por qué no os vais con los esposos?
Los mocos y los cocos, viven pero no son
locos.
No tiene mucho sentido, pero tampoco tiene porque tenerlo. ¿A qué no sabes de que vamos hablar?¿eh? (nótese mi sonrisa divertida). ¡Pues sí! ¡De mocos hermosos!
Soy muy original, además mi Oda a los mocos tiene mucho sentimiento y rebosa sabiduría y talento. Sí, sí, sí... soy una genio de las letras.
En fin, todo esto viene a que... los mocos son los únicos líquidos del cuerpo que van donde se les antoje. Sí, no le importa si sale si entra, si vuelve o no vuelve. Los señores verdes, circulan por todo nuestro organismo buscando una fuente de luz. Si la consiguen, genial. Y si no, pues vuelven a buscar. En serio, piénsalo durante un segundo ...¿Ya? Bien. Si no te iluminaré. Verás toda mucosa produce moco...así que en la nariz hay mocos, en la vagina hay moco y en el ano... no, ahí no hay. ¡Pero el moco llega! Que bien yo lo se... malditos mocos. Así que... en definitiva hay más moco que otra cosa. Y es por eso que viene mi duda existencial... ¿Por qué no se dona moco? Si es algo tan importante, porque sí, el moco es MUY importante. A pesar de que es un líquido viscoso, oloroso y molesto... es super super importante. Si no tienes mocos, prácticamente puedes pillar cualquier enfermedad habida y por haber. Así que... los malditos verdes nos salvan el culo muchas veces. Pero mira lo que joden... creo que es el único líquido del cuerpo humano que jode... incluso cuando no está. Y la regla no cuenta. Porque la sangre no se va y vuelve a venir, siempre está ahí. Y la saliva a menos que te muerdas las uñas o te lamas los labios... tampoco. Y las lágrimas...¿a alguien le jode las lágrimas?
Pues eso, los mocos están dentro de nosotros, de forma latente... ahí esperando el momento que la familia decida ir de excursión. La cosa es así... hay diferentes mocos, que son:
- Los normales de toda la vida. Duritos, de color blanco amarillento. Y con un poco de suerte te puede salir uno marrón o negro. Y si te rascas mucho rojo.
- Los líquidos. Son prácticamente agua, de color blanco amarillento, que a medida que va pasando el tiempo se vuelven amarillo pollo hasta llegar a verde moco (viva la redundancia).
- Los ni uno ni otro. Son duritos y son aguados, te vienen los dos por el precio de uno. Tu soplas y tienes a los amigos ahí.
- Los chiclosos. Son medio aguados, medio duros y encima super pegajosos.
- Los planos. Son los últimos mocos que quedan, que se vuelven como una capa dentro de tu nariz, y te obligan a meterte el dedo y a buscar oro. Y hasta que no lo sacas no eres feliz.
Bueno el recorrido familiar de nuestros inquilinos comienza a así: Primero están en modo normal. Conviven en ti, todo normal... hasta que llega a uno y le pega la neura para investigar mundo. Pues deciden entrar en modo líquido. Así logran salir por la nariz. El problema es que no les dejamos salir, por lo que deciden explorar territorio hacia la boca. Ahí les gusta y comienzan a transformarse en modo ni uno ni otro. Están a gusto hasta que les comenzamos a expulsar, por lo que la familia con la nevera portátil se van para las mejillas y frente. Ahí se vuelven otra vez líquidos, pero descubren que tienen dos lugares para investigar: cabeza y orejas, por lo que por grupos se van a investigar. Al no verse expatriados pues llaman a toda la familia y se arman el chiringuito los cretinos. Y ahí viven, por lo que se convierten en los duritos y se tiran la vida... hasta que te duele la cabeza y los oídos y los sacas, estos vuelven a modo líquido y se van a la nariz dónde les pertoca. Pero evidentemente, siempre está el majadero por ahí que se ha escapado al estómago y termina saliendo por el culete. Ese buen viaje seguro que no ha tenido.
Después de haberse hecho la vuelta al cuerpo en 7 días deciden echar raíces en la nariz y se crea la estatitas y estalanmitas de mocos que la única forma humana de sacarlos es metiéndote el dedo hasta la cuenca del ojo para sacarlos...
Así que ya ves tu, la vida tan agetreada de los mocos. Yo lo prometo, si se abre una cadena de donación de mocos soy la primera. Porque después de todo, me gusta compartir y mocos siempre alguien necesita.
Una lectura muy pegajosa. :)
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