¿Profesora?
Desde hace un tiempo llevo pensando qué los profesores son unos seres increíbles. Y más, los profesores de institutos. ¿Por qué? Los adolescentes son seres volubles, irritantes y en muchos momentos pequeños demonios peludos y con más hormonas que cerebro.
Por lo que, éstas personas deben tener una calma y tranquilidad increíble y después... y quizás en mi opinión lo más importante, amor por su trabajo. Algo que lamentablemente muchos profesionales en éste campo carecen...
Antiguamente la carrera de maestro estaba muy bien vista, ya que tenían vacaciones, fines de semana y festivos. Así que un matemático o un biólogo tan sólo hacía un examen y ulala ya podía ejercer como maestro... ¿Qué pasa? Luego ven a los demonios peludos y la cara se les cambia.
Llevaba unos 2 años siendo profesora de repaso de castellano, y ahora da la casualidad que estoy aplicando un proyecto en un 2 de ESO (Educación Secundaria Obligatoria) por lo que me puedo poner la etiqueta de "profesora".
Quizás no doy clases de mates o castellano, pero tengo la misma responsabilidad que los otros maestros y he experimentado en mis carnes el gran labor de los profesores.
Controlar a 24 o 25 demonios hormonados no es fácil.
Explicar un temario no es fácil.
Tener paciencia cuando unos mocos te retan no es fácil.
Pero la satisfacción de ver como evolucionan, como aprenden y sabes que tú tienes una pequeña culpa de ese progreso... no sé, quizás te haga sentir que llegar a tu casa con la voz cansada, un dolorcito en el pecho por haberles gritado y kilos de actividades por corregir...
Quizás por todo eso valga la pena.
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