Gym para Escritores: Mallorca Rural

 

Túturu~

Tengo un mágico momento de paz y me siento a escribir un poco, a distraerme de éste fin de semana tan caótico y de ésta mierda de situación del país. Realmente una ya no sabe que pensar sobre el bicho. Creo que lo más lógico y sensato es intentar no asustarse y seguir todas las instrucciones... si nos tenemos que enfermar nos enfermaremos. ¿No?

En fin, quiero distraerme un poquito e ir tachando cosas de mi cuaderno de Sailor Moon. Si, tengo unos cuadernos más bonitos pero como no escribo, pues ahí están muertos de risa. A ver si tengo más ganas de sentarme u intento repetir éstos momentos. Tanto F como mi Sr. marido están dormidos y la casa está completamente limpia y reluciente. Así que... ¡Allá voy!

Sigo con el reto de Gym para escritores. Si no sabes de que trata pincha AQUÍ. Ésta vez he de escribir algo sobre la naturaleza, un lugar que me encanté y me inspire algo fantástico. Realmente no puedo imaginarme otro lugar más bonito que Mallorca. Mi isla de la Calma... así que aquí voy.

Mallorca Rural

Cuando llegué a casa encontré una carta en el buzón. El sobre era alargado de color blanco, de textura suave y tenía un olor a Olivo. El remitente sólo ponía Bartomeu Pons y que era de Mallorca. Entré curiosa a casa mientras abría el sobre. Saludé a mi gato y me senté en el sofá para abrir la carta misteriosa. 

Querida Sam - Comenzaba la carta. El tal Bartomeu tenía una caligrafía bastante bonita, con letras grandes y redondas. Quizás no sepas quién soy, y quizás hasta ahora estaba bien así, pero en los últimos años las cosas han cambiado bastante y creo que va siendo hora que conozcas tus orígenes. Me quedé algo atontada al leer lo de "Orígenes" porque tenía bastante claro de dónde provenía y demás, pero ahora un mar de dudas se abría ante mi. Se podría decir que soy tu abuelo materno, aunque por desgracia jamás pude ejercer como tal. Tampoco quiero darme de víctima y tampoco juzgar a tu madre. Creo que hizo lo correcto, pero como dije antes, las cosas han cambiado y te necesito a ti como mi nieta. Lamento de corazón la pérdida de Jess, tu madre siempre fue una buena mujer y tu padre un granuja con suerte. Sé que ahora estás sola, no tienes nada y por eso te escribo esto.

Eso fue lo último que leí aquel día. Me enfadé tanto cuando dijo que estaba sola que tiré la carta al suelo y me olvidé de ella hasta semanas más tardes. Realmente mi supuesto abuelo tenía razón. Mis padres fallecieron, no tengo pareja y mi trabajo no me deja tener una vida social activa, más bien, no puedo tener ninguna vida social, al igual que tampoco un lugar estable donde quedarme. Diría que realmente en el mundo no hay lugar para mi, por eso me digné a terminar de leer y a enterarme de que en Mallorca me espera una enorme casa rústica, una familia materna que pensé que no tenía y la calidez de un hogar que jamás pensé que llegaría a tener. La idea era demasiado fantasiosa para ser cierta, pero igualmente como había dicho el viejo... No tenía nada que perder. 

Una semana después llegué a Palma de Mallorca. Una pequeña isla entre España e Italia, con un ambiente húmedo pero un hermoso cielo azul y nubes alargadas y finas. El sol me quemaba la piel con amabilidad, los palmesanos me miraban entre odio y alegría, mientras los turistas me sonreían alegres. En el trayecto del aeropuerto al hotel me di cuenta que la gente es callada, discreta y no le gusta llamar la atención, que preguntan lo necesario y hablan lo justo. Así que cuando me instalé en el hotel y pregunté por Valldemossa y más por la dirección que conseguí de Bartomeu, me sentí a gusto que no me hicieran tantas preguntas. En Boston siempre te hacen preguntas por todo, así que es una delicia sentirse libre de cuestiones. 

Gracias a mi duro trabajo y a que gasto lo mínimo necesario, tuve la oportunidad de contratar un chofer y que fuera mi guía durante la estancia en la isla. No tenía intención de quedarme mucho tiempo, pero a medida que conocía aquellos pequeños pueblos, de arquitectura de piedra, de ventanas verdes, de ancianos sentados en mecedoras en las puertas de la calle y la risa de los niños en el parque... pensé que quizás estaría bien alargar un poco más el viaje. Lo que más me gustaba es que algunas casas dejaban sus puertas abiertas mostrando su interior, el mobiliario antiguo, con cortinas de punto, pequeños pozos de agua en las terrazas interiores, de que todo el mundo se conociera entre ellos y esa extraña sensación de calidez, de hogar... fue eso lo que me hizo decidir llamar a mi abuelo y saber un poquito más de él, de su historia y en cierto modo... de la mía. 

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Comentarios

  1. Un buen inicio cargado de incógnitas que espero que nos resuelvas en la/s proxima/s entrega/s. Además esa foto de la sierra de ta Tamuntana es fntástica para desarrollar tu historia.
    Feliz semana!

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  2. Hola linda, aww ya quisiera ver ese cuaderno de Sailor Moon *-* el relato maravilloso, me gusto mucho.

    Un besote desde Plegarias en la Noche.

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  3. Espero que no nos dejes así, con la miel en los labios. Haznos cómplices de las aventuras de Sam.
    Nos leemos

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  4. Hola,
    ¡Ay que precioso texto, muy original y creativo!
    Muy buen comienzo, una carta que le deja saber a la protagonista que su abuelo la necesita.
    ¡Ay me gusta ese final con esas descripciones tan bonitas! Me gustaria saber como sera ese encuentro entre abuela y nieta.
    ¡Me encantó!
    Abrazo

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  5. Hola Cath, me alegra mucho que tengas tiempo libre y que precisamente lo dediques a este espacio, la verdad siempre voy a admirar eso. También me alegra que sigas con tus retos porque yo que no tengo hijo y mucho tiempo libre pues no sigo los míos jajajaja.

    El texto ha estado genial, siempre voy a admirar a las personas que tienen ese talento para escribir historias.

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    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias!
      Si que es un poco complicado, pero es necesario.
      Un besito

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