Dar a luz

Túturu~
Desde la última entrada no he tenido tiempo ni energía, ni fuerzas y mucho menos energía mental para poder sentarme y escribir. ¿Por qué? Pues porque en poco menos de un mes mi vida...¡Dio el gran giro! Después de 38 largas semanas... ¡me puse de parto! Bueno, me "provocaron" el parto. Y si... mi pequeñita ya está aquí conmigo y con mi Señor marido. ¿Qué decir? Pues... siéntate, ponte cómodo y ante todo, prepárate porque pienso ser lo más explícita que puedo. Sacaré mi don de la redacción para contarte como fue mi parto...

He de confesar que no he sido una mujer embarazada especialmente "fuerte". Llevo muy mal el dolor, el estar enferma y encontrarme mal... por lo que cualquier malestar que me dura más de 3 días se convierte en una tortura para mi. Así que imagínate pasarme 9 meses con malestar continuo, nervios, estres... y demás cosas. No fue fácil. Y mucho menos el último mes... las últimas semanas fueron realmente desagradables. A pesar de que mi hija estaba genial, sanita y fuerte... yo no podía ni con mi alma. Después de haber estado en urgencias 4 veces, con 2 ingresos y en teoría dilatada para "comenzar" a prepararme para parir...que me devolvieran a casa 2 de ellas... sinceramente era demoledor. Las 2 primeras entiendo, la niña aún no está lista y la segunda pues... si no dilato suficiente ni modo. Pero las otras dos... terminé con tensión alta y con mi hija con taquicardia y aún así no quisieron provocarme el parto. En fin... ese es otro tema que más adelante hablaré.

Total, el domingo 17 sobre las 20h comencé a tener contracciones cada 5-7 minutos y estuve así hasta las 23h que marché al hospital, ya dispuesta a montar la película del siglo. La matrona de urgencias me tomó la tensión (la tenía alta ) y me controló las contracciones, tras una enorme hora decidieron dejarme ingresada y a consultar con mi ginecologo lo que haríamos. Yo feliz.
El lunes a las 10-11 de la mañana me bajaron a paritorio, después de un intercambio de ideas un tanto extraño me avisaron que me inducirían el parto y sobre las 11:15...me quería morir de dolor. Sobre las 12:30-13:00 me pusieron la epidural y a y media quería pujar... con un resultado de que a las 14:46h tenía a mi hija en brazos berreando como si acabara de sufrir un trauma...

Tengo ese día un poco borroso, entre el dolor, entre el cansancio y la epidural tengo las horas algo mezcladas, las caras y las conversaciones. Sólo recuerdo la cabecita de mi hija girando entre mis piernas, en las sensaciones en pujar, ver la cara de mi marido llorar al ver a nuestra hija... la sensación de paz cuando me la puse en el pecho. No sé... ¿Hay algo que tenga 100% seguro? El dolor del parto vale la pena. Todo estos 9 meses... han valido la pena y me sigo diciendo que el embarazo es una experiencia maravillosa y que se debería vivir. Te sientes muy mujer, muy fuerte, valiente, poderosa... no sé. Es una sensación...única.

Para las curiosas sobre el dolor del parto... es horrible. No te voy a engañar. Al principio se puede medio aguantar, pero después... no hay nada que pueda tranquilizarte. Las piernas te tiemblan, la barriga te duele, sudas y... el cerebro se apaga absolutamente. Sólo tienes ganas de que el dolor acabe y da igual lo que te digan... ¡Eso si! Mira que era un poco reacia a aceptar que el "respirar" ayuda. Realmente yo no respiraba, yo directamente bufaba. Eso diría que era lo único que calmaba.
Entre que iba expulsando el líquido anmiotico, que me orinaba y tenía ganas de defecar... iba a cada dos por tres al baño, así que terminé sentada en el inodoro muriendo de dolor... hasta que la maravillosa matrona llegó y me dijo que me pondrían la epidural.
¡La epidural! No seas tonta, úsala... Por mucho que quieras "vivir" el parto de forma natural, eso no es vivir, esos dolores... no podrás disfrutar luego lo demás, porque no eres consciente... a menos que tengas el umbral del dolor que te cagas, ahí pues... muchacha ¡olé tu coño! Nunca mejor dicho.
Aunque el pinchazo duele, fue un dolor muy agradable ahora que lo pienso... porque después estaba tan drogada que tan sólo quería dormir o quedarme comatosa.

Con la epidural tuve una de las sensaciones más raras que he tenido en mi vida. Las contracciones pre-epidural (para llamarlas así) me dolía por toda la barriga y el bajo vientre, también un poco en el pubis pero... no más allá. Con la epidural, el dolor ya no estaba pero... sentía absolutamente todo. Sentía como la cabecita de mi hija iba empujando mis músculos pélvicos, iba separando mis huesos e iba empujando mi vagina... no te sabría decir cuando fue que la vagina se abrió de golpe y la cabecita salió... pero cuando la pude ver, cuando giro y los hombros salieron y mi ginecologo me dijo "¿Quieres cogerla?" y yo la cogí y salió el resto del cuerpo... fue el momento más maravilloso de mi vida.

Según mi familia, ésta foto es la felicidad en persona. Yo digo lo mismo. Tener a mi hija en brazos, sentir su respiración, oirla, notarla... conocerla aunque ya la conocía. No sé... solo sé que se me aguan los ojos solo al pensarlo.
Tengo suerte de que mi parto fue maravilloso, demasiado corto para ser una primípara, con unas ganas de empujar casi milagrosas y una expulsión al momento. Mi pobre médico casi no trabajo... Freya estaba fuera en menos de 1 hora. Total que después de 4 horas (más o menos, mi Señor marido y yo hemos calculado) teníamos a una bebé rojita rojita, con unas patitas y brazos largos, con un llanto potente y unas medidas tal que así: 46 cm y 3'125 kilos. Una ranita.

Reflexión final.
Hasta hace dos días no era consciente de la realidad. Ya soy mamá, tengo a mi hija a mi lado, con un marido maravilloso que ha sufrido mi embarazo y aguantado el parto, con una familia atenta al teléfono las 24h, amigos demasiado presentes como para poder tener vida para agradecerselos... Unos profesionales estupendos (con algún idiota de por medio), una recuperación casi de utopía... Simplemente todo es perfecto.
El parto es... horrible. Duele, es duro... después el cuerpo se te queda raro, las hormonas te comen viva (lloro cada día sin falta, dejando a mi Sr. marido inquieto), tienes miedo, te da miedo moverte, ir al baño... es todo demasiado nuevo, pero... ¿Sabes una cosa? Luego ves esa carita y dices...¡vale la pena!

Ya más adelante iré contando más cositas, por los momentos me voy a coger a mi bebé... que el cuerpo y mi alma me pide tocarla.