Y pensé...

Y pensé... mientras tus manos acariciaban mi cuerpo,
que la sensación de tus dedos rozar mi piel y la sensación
de calidez en mi pecho... era la paz.

Y pensé ... mientras tus labios rozaban los míos,
qué bonita la sensación de conocer mi cuerpo
a través de tus manos.

Y pensé... que dejarme querer
después de todo no es tan difícil...

©Catalina Hartfiel

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