Ciclos

Desde que tengo memoria he tenido que cambiar. Algunas eran por hacer felices a mis padres, otras porque la vida me lo exigía y otras, porque uno se vuelve adulto y no le queda otra. Pero jamás eran motivados por una necesidad propia. Principalmente eran movidos por un mero hecho de supervivencia ante un mundo demasiado cuadriculado para una persona tan voluble como yo...

Pero cuando nació F, algo dentro de mi explotó y deseé de corazón cambiar. No porque ella esperara algo de mi, tampoco porque sino moriría o... porque era momento de ello. Simplemente porque quería. Y eso, es algo que hasta la fecha jamás me había pasado. Seguramente habrás leído alguna otra entrada de mis mierdas mentales y el motivo de que mi cerebro funciona de una manera diferente a la habitual... yo diría que más personas piensan como yo, pero por miedo "al que dirán" pues cierran la boca. Pero eso no es algo de lo que quiera hablar ahora...

Al nacer F, me di cuenta de tantas heridas que no habían sanado en mi alma, de tantas cosas que podía mejorar pero por supervivencia no había tenido tiempo de pararme a ver y ahora... las tengo delante de mi, abiertas, supurando y pidiéndome que me encargue de ellas, pero... faltaba o falta algo que me haga moverme. 

Quiero cambiar, quiero cerrarlas y empezar a sanar todo ello, pero algo me dice que no son "necesarias", al menos en términos de supervivencia. Ya he escrito alguna vez de esto, que durante toda mi vida me he movido por supervivencia. Si no lo hacía, moriría. No de una forma literal, si no más metafórica... pero si que algo dentro de mi se iba a romper y quizás jamás se iba a recomponer.

A diferencia de historias terribles, mi vida no ha sido especialmente mala, pero sin ninguna duda no ha sido nada fácil. Ser la segunda, la poca cosa, la extranjera, la callada, la tonta... etiquetas que me habían definido durante décadas ahora forman parte de mi, y créeme cuando te digo que a veces, eres tu mismo que le da más importancia que los demás. Pero cuando eres niño, crees lo que dicen los demás... si nunca antes te habían enseñado que había algo más, ¿Cómo lo ibas a saber?

He vivido toda mi vida pensando que era la única en según que aspectos, que era normal vivir así y que no me merecía lo contrario. Una de las cosas más tristes de mi vida y que ilustra el nivel de autoestima que tenía era que, de pequeña y adolescente creía que la gente no me querría si no le servía para algo. Por eso siempre era servicial, ayudaba en todo y estaba dispuesta a correr si era necesario. Y pensé así hasta prácticamente los 17 años más o menos... Cuando conocí a personas que se quedaban a mi lado sólo por existir. Incluso ahora, después de 7 años juntos, no entiendo como mi marido está conmigo o incluso como mi mejor amiga después de 20 años sigue queriéndome a pesar de no aportarle más que dolores de cabeza y ansiedad. 

Descubrir que la gente te ame, por respirar es extraño y encantador. Y F, es todo aquello que siempre he anhelado y deseado. No me considero una mala madre, pero como comenté en otra entrada, a veces la presión social te hace creer que no eres suficiente. Pero aún así, a pesar de todos los ruido sé que quiero cambiar por ella, porque necesita una madre feliz y quiero ser feliz, y entiendo y quiero hacerlo. Poco a poco, voy encontrando ese motor ronroneante dentro de mi que me da pequeñas piezas para moverme y cambiar.

Dudo que alguien se beneficie de mis reflexiones, pero al menos a mi me ayuda para poner mis ideas claras y no dejar abandonado mi blog. Cosas del pasado que era mi único refugio, el único lugar donde nada me podía lastimar... cómo es la vida que a veces, se te olvida esas cosas. ¿No?

Comentarios

  1. Es bueno desear cambiar por decisión propia, no por la visión de otras.
    Las etiquetas pueden ser algo para quitarse o por lo menos ignorar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Y tu qué opinas?

Entradas populares