Reto 52: Velas

Tuturú~
Ya está llegando el final de la semana pero para mi es como si la acabara de empezar... ésto de no tener un horario normal es una caca. ¿Cuándo decidí ésta profesión?
Desde luego últimamente no hago más que quejarme, me comienzo a parecer a mi abuela, pero que remedio... supongo que son etapas de la vida.
¿Y a ti como te trata el mundo?
¿mejor que a mi?
Eso seguro.

Volviendo a mis retos perdidos en algún rincón de mi mente, me hallo en la tesitura de elegir uno de mis libros favoritos y crear un fanfic... pero ¿¡por qué!? El mundo es cruel... ¡no tengo libro favorito!
Así que para evitar poner los típicos he buscado uno que amo con locura y en algún momento de mi existencia quiero volver a leermelo, es el de "Dos velas para el diablo" de Laura Gallego.
Te lo recomiendo encarecidamente.



Velas
Una gata de pelo corto y color negro miraba como a lo lejos se alejaban con el cadáver de su humana. Mientras veía como los humanos la introducían en una ambulancia pensó por primera vez si los animales iban al cielo. Más de una vez escuchó hablar de ellos a los familiares de su humano, ya que sabían desde hace tiempo que se iba a morir, aunque ella creía que eso jamás pasaría. Pero ahí estaba, llorando sus lágrimas gatunas y maullando en silencio rezando para que el cielo de los humanos fueran buenos con ella como lo había sido ella en vida.
Se relamió la pata, se estiró y decidió seguirla. No quería separarse de su humana, quería morir junto a ella o simplemente velar su cuerpo hasta ver como su alma salía y marchaba al cielo.

Corrió durante mucho tiempo hasta que sus patas se cansaron, en algún momento se detuvo y fue cuando pasó todo. Un coche la atropelló. No sintió dolor gracias a Dios, pero verse fuera de su cuerpo le causó mucha impresión. Comenzó a maullar todo lo fuerte que pudo hasta que alguien escuchó su imploro. Otro gato igual de negro que ella pero con unas alas parecidas a los de los murciélagos le miraba divertido.

- ¿De que te ríes?- bufó ella molesta, triste y devastada. Acababa de aprender esa palabra, así que le hacía ilusión pensar que estaba así.
- Llevarte conmigo.- informó el gato aún riendo.
- ¡Y una mierda!

Y sin más comenzó a correr, pero su cuerpo no se movía. El minino rió más fuerte y entre carcajadas le decía que no tenía que pensar en correr, sino más bien en flotar. Ahogando su orgullo le hizo caso y así su cuerpo traslúcido comenzó a moverse pero no lo suficiente rápido para alcanzar al vehículo que llevaba a su amada humana. Nuevamente comenzó a llorar pero ésta vez nadie la escucharía, tan solo aquel gato maleducado que le miraba como si supiera todos los secretos de su vida.

- Yo te ayudaré a reunirte con ella.

Le prometió él como leyendo sus pensamientos. Sin decir más se dio la vuelta con su vaporoso cuerpo y dejo a la gatita sola, pensando si realmente podría confiar en él o no. Aunque tampoco tenía mucho que perder... total ya estaba muerta.

¿continuará?