Adulto

Soy la típica persona que le gusta ser la pequeña, que le gusten que le mimen, le consientan y alaben sus avances. 
¿A quién no?
Pero llega un momento en tu vida, que esos sueños tan sólo se quedan aparcados en una pequeña caja, que se puede abrir con tu pareja o con tus amigas. Para el resto del día, la caja está cerrada...
y eso significa ser adulta.
Es raro, ya que en estos últimos tres años, he tenido varias oportunidades de volverme adulta... pero no lo he hecho ¿Por qué?¿Por qué el corazón me latía tan fuerte?¿Por qué tenía miedo?¿Por qué quería dejar la caja abierta siempre?
Preguntas y más preguntas, miedos, recuerdos de cosas que me gustarían hacer, terminar una etapa de mi vida que hace tres años terminé. Ya no soy una niña, no soy una adolescente.
Soy una mujer, y como tal tengo que volverme adulta, por lo que una vez más intenté cerrar aquella caja con llave e intentar que no se volviera a abrir, que el miedo no fuera superior a mis ganas de ser adulta, que el miedo no se interpusiera en mi sueño de conseguir mi meta.
Y una vez más tengo la oportunidad de ser adulta, las ventanas se me abren, tengo posibilidades y ganas... pero ahora no tengo miedo.
Mentira, si tengo miedo pero también ser consciente de saber que tienes miedo, te hace ser adulta, no rendirte, no pararte, no querer abrir un capítulo que hacía tiempo se debía quedar cerrado...
No quiero cerrar para siempre la caja de niña, pero tampoco quiero dejarla abierta... ser adulta, supongo, que significa saber dejar esa caja abierta sin miedo a creer que su contenido se pueda sobresalir o que jamás vuelva a salir.